«Desde que empecé a buscar piso hasta que lo encontré pasó más de un mes. Nos tuvimos que quedar con la primera vivienda que visitamos porque teníamos miedo de que al día siguiente ya no estuviera disponible». Este testimonio de la joven alicantina Paula Jover, que cursa el máster de Biotecnología en la Universidad Miguel Hernández (UMH), expresa con claridad las dificultades por las que atraviesan los universitarios para encontrar un espacio en el que vivir durante el año académico, problema que se acentúa estos días en los que el arranque del curso es inminente.

La situación es tan problemática que las inmobiliarias, incluso, señalan que hay numerosos casos de jóvenes que finalmente optan por vivir en Alicante, por más que tengan que recurrir a diario al transporte para acudir a sus clases en el campus ilicitano de la UMH o en el CEU Cardenal Herrera. También se dan casos de alumnos que se ven desplazados a zonas del litoral de Elche o a Santa Pola, donde los alquileres se disparan durante los meses de verano y tienen un precio más asequible en el periodo invernal. Son muchos los propietarios de viviendas en la villa marinera que prefieren alquilar sus pisos diez meses a estudiantes y garantizarse que los van a tener libres para julio y agosto.

En la provincia de Alicante la burbuja de los alquileres ha elevado el precio de los pisos en un 10,8% durante el último año, un 7,8% en el caso concreto de Elche y un 12,1% en el de Santa Pola. Esto ha llevado a que los alquileres se sitúen en la actualidad en 551 euros de media en Elche y 560 en Santa Pola. «Es muy complicado que los jóvenes puedan encontrar piso porque, básicamente, no hay oferta. Vivimos una burbuja del alquiler», asegura desde el Grupo Horizonte la agente Fina Amorós, que califica como una «misión imposible» encontrar un lugar para vivir en Altabix y el centro de la ciudad, las zonas más demandadas por su cercanía a la UMH.

Los alumnos más rezagados tienen muchos problemas para dar con una vivienda, debido a que las disponibles suelen estar ya ocupadas en el mes de junio. «Altabix cuenta con pocos alquileres porque es una zona más o menos nueva, en la que muchos pisos se compraron hace 20 años y están ocupados por sus propietarios», señala Amorós, que, por su experiencia laboral constata que en la actualidad se están pagando por muchas casas 200 euros más al mes de lo que sería su valor real en el mercado.

«Por habitaciones pequeñas se paga 150 euros al mes. Muchos estudiantes, sobre todo los de los primeros cursos, optan por aceptar esos precios para buscar algo más ajustado el siguiente año», añade Amorós. «Hay demasiada demanda para poca oferta y la zona más cercana a la UMH es muy cara. Te pueden pedir 160 euros al mes por una habitación que da pena y que no está preparada para vivir», narra desde su óptica la estudiante de Psicología de la UMH Miriam Pérez.

Los precios suben, hay menos viviendas de las que hacen falta y, para colmo, muchos propietarios se muestran reacios a alquilar a estudiantes. Así lo creen en Varadero Asesores Inmobiliarios, cuyo responsable es Fernando Valero: «Tenemos que hacer un filtro porque los propietarios no quieren alquilar sólo para diez meses y están escarmentados por experiencias anteriores, en las que se han quedado sin cobrar. Tampoco quieren problemas con los vecinos por culpa de las fiestas que se organizan».

Otro de los jóvenes que este verano se las ha visto y deseado para encontrar un piso en Elche es el alumno de Fisioterapia en el CEU Eduardo Capelo. «Ha sido muy difícil porque hay pocos que sean buenos para los estudiantes. La mejor forma de dar con uno es a través de un conocido», comenta. Esta realidad contrasta con la de otras zonas universitarias de la provincia, como el caso de San Vicente del Raspeig, donde la movilidad entre pisos es mucho más fluida que en Elche.