Un día después de que la confederación de padres mayoritaria en la Comunidad Valenciana, la Gonzalo Anaya, expusiera en Elche su rechazo a que los colegios de la educación pública ofrezcan asignaturas de cualquier religión, el conseller Vicent Marzà expuso sus planes ante el arranque del nuevo curso. Su propuesta se basa en que una decena de centros educativos de toda la Comunidad ofertarán, al margen de religión católica, la posibilidad de escoger la islámica y la evangélica.

El conseller justifica su decisión en el «cumplimiento de lo que marca la ley», según los acuerdos que el Estado tiene firmados con diversas confesiones para impartir estas asignaturas si la demanda es suficiente. El responsable autonómico de Educación también explicó ayer, a través de las cámaras de À Punt, que este programa piloto dará comienzo en un número reducido de centros educativos, en los que a los alumnos se les ofrecerá la posibilidad de cursar religión católica, islámica, evangélica o ninguna, si es esto lo que desean.

Marzà también asegura que si fuera por él no se impartiría ninguna asignatura dedicada en exclusiva a una religión, en una línea que se asemeja más a lo expuesto en Elche por el presidente de la Confederación Gonzalo Anaya, Txomin Angós, que pretende que en las escuelas públicas no se mantenga ningún atisbo de religión.

Esta postura va más allá de la impartición de clases, ya que también quiere acabar con los velos o los menús especiales sin carne de cerdo para los estudiantes de origen musulmán.

Uno de los primeros centros educativos de la provincia en el que se podría poner en marcha el plan de Marzà es el colegio Párroco Francisco Mas de Crevillent, que se ajusta perfectamente a los parámetros del proyecto, ya que el 90% de sus alumnos es de origen marroquí. La impartición de la Religión Islámica en Crevillent puede ampliarse a más escuelas, ya que al margen del Párroco Francisco Mas se barajan otras opciones, como son los casos del Miguel Hernández y el Mas Magro.

Ante todo el revuelo que se ha generado los últimos días, Marzà expresó ayer su extrañeza por la polémica, cuando, según su versión, «sólo se están cumpliendo los acuerdos que ha firmado el Estado». «Hay quien ve bien que en el 100% de los colegios se imparta una religión determinada pero le parece que se acaba el mundo cuando se oferta otra que no es la suya», añadió el conseller. Aún así, en estos momentos se está ultimando la redacción administrativa de este programa piloto y su inicio no tendrá lugar hasta el próximo mes de octubre.