Un tribunal popular juzgará en Elche el próximo mes de octubre a una mujer de 60 años para la que el fiscal pide 15 años de prisión acusada del asesinato de su marido, un hombre de 73 años y que era dependiente pues sufría alzhéimer. Los hechos se verán ante la sección VII de la Audiencia Provincial.

Este suceso data de marzo de 2017 cuando, según explica la calificación del Ministerio Público. la mujer consumó el asesinato en el domicilio familiar, en el municipio de Cox. En el escrito de acusación se asegura que la mujer habría estrangulado al hombre ayudada con el cable telefónico y con una almohada, lo que se deduce de los elementos probatorios que fueron descubiertos por los agentes de la Guardia Civil que se encargaron de la investigación.

Muerte natural

En un primer momento, la acusada habría tratado de que pareciera una muerte natural o accidental pues, al parecer, y según consta en la calificación del fiscal, tras el asesinato, sentó el cuerpo de su marido en el sofá mientras ella se acostó en otro en espera de sus hijos. Al llegar estos y encontrarlo muerto les manifestó que había sufrido una caída, que lo había reincorporado y se había acostado a descansar junto a ella. Al despertar, estaba muerto.

Según señalaron fuentes judiciales, la autopsia reveló que no presentaba ningún traumatismo que justificara esa supuesta caída, pero sí se encontraron heridas propias de un estrangulamiento y de muerte por asfixia tanto en el cuello -que en un principio se atribuyeron a un crucifijo que la víctima portaba-, como en la cavidad nasal y bucal.

Es más, las pesquisas policiales localizaron el ADN del fallecido en el cable del teléfono de la vivienda, por lo que se sospecha esta fue el arma del crimen. Además, según sostiene el Ministerio Público, la acusada también trató de asfixiar a la víctima con una almohada.

En la misma se encontraron restos de sangre del fallecido, lo que también explicaría la rotura de los capilares que se descubrieron en la autopsia.

Única acusación

Las sesiones comenzarán el próximo mes de octubre con la única acusación del fiscal, pues los hijos de la víctima se han personado en la causa para ejercer sus derechos.

El Ministerio Público defenderá que se trató de un asesinato y no de un homicidio, pues hubo premeditación y alevosía, debido a la clara indefensión del fallecido. La pena que pide la Fiscalía es especialmente alta porque, además, se aplica el agravante de parentesco.