La Generalitat Valenciana y la comunidad general de Riegos de Levante han llegado a un punto de encuentro para alcanzar un acuerdo para mejorar la gestión y conservación del parque natural de El Hondo, y con él la calidad de sus aguas, en un momento en el que se ha conseguido desecar una gran parte del embalse de Poniente para eliminar la sobrepoblación de carpa, una de las especies invasoras que amenaza la calidad de los recursos hídricos de los agricultores y del ecosistema del humedal.

El vaciado del embalse de Poniente se acordó la pasada primavera, y se ha llevado a cabo de forma progresiva. Una parte de sus recursos se han aprovechado para la agricultura, pero no todos, ya que la calidad del agua de este embalse no era la más óptima, con un elevado nivel de salinidad. En este sentido, la Conselleria autorizó el vaciado total del embalse el 26 de julio de 2018, de forma progresiva, a través de las charcas sur del parque, para terminar en el azarbe de Dalt.

Sin embargo, desde hace varios días el embalse se está desecando mediante evaporación ya que no hay volumen suficiente para que el agua salga por si sola. En este sentido, desde el Consell indicaron que «se ha valorado la posibilidad de usar otros mecanismos para seguir con el desagüe forzado del embalse, pero se han descartado por el momento por su dificultad técnica».

Con el vaciado del embalse se persiguen varios propósitos con un objetivo común, mejorar la calidad del agua que se almacena en el humedal, y, con ella, el hábitat de especies de flora y fauna.

Así, además de eliminar la mayor cantidad posible de carpa, una especie exótica invasora, se están abriendo zanjas, que actualmente están sedimentadas, dentro del embalse y colocando tubos que favorezcan la circulación del agua y, por tanto, la calidad de la misma dentro del embalse.

Con el embalse seco también se abre la posibilidad de realizar una gestión sobre la vegetación muerta que favorezca la renovación de alimento y refugio para las aves y que mejore, por tanto, la capacidad del humedad para acoger las especies más relevantes del espacio natural.

Aunque la situación ideal consistiría, según reconocen desde la Conselleria de Medio Ambiente, en el vaciado completo hasta eliminar todas las carpas y facilitar la mineralización de los restos orgánicos depositados, lo cierto es que actualmente se ve poco probable alcanzar este objetivo, ya que las lluvias de septiembre, si llegan, pondrían fin al proceso de evaporación del agua que ha quedado embalsada en algunos puntos más profundos del embalse.

De esta forma, desde la conselleria de Elena Cebrián indicaron que «el nivel de vaciado que finalmente se alcance dependerá de las lluvias otoñales», aunque insisten en que «la actuación llevada a cabo hasta el momento ya representa una mejora sustancial respecto a la situación preexistente», cuando los niveles de salinidad de las aguas eran muy altos, como la sobrepoblación de carpas, que podría haber dado lugar, si no se hubiese actuado, a un nuevo brote de botulismo en el parque.

Las actuaciones que se están llevando a cabo en el parque, con el vaciado del embalse de Poniente, han sido analizadas esta misma semana por representantes de la Conselleria de Medio Ambiente y Riegos de Levante. En este sentido, el secretario autonómico Fran Quesada señaló ayer que ambas partes coinciden en la necesidad de establecer proyectos alternativos que permitan garantizar un suministro adecuado de agua para El Hondo y que, además, «reduzca la dependencia del mismo de la pluviometría».

Aquí entrará en juego la desaladora de agua salobre en la que está trabajando Riegos de Levante, con la que se quiere obtener la mitad de los recursos hídricos que consumen los regantes de la comunidad general al cabo del año. El proyecto está en fase de licitación, y necesita que la Generalitat Valenciana autorice el punto de vertido de la salmuera. Un trámite que se espera obtener muy pronto.