La alarma desatada por la presencia de carabelas portuguesas en las playas de la provincia antes de que diera comenzara el verano abrió paso a meses de calma en lo que respecta a las incidencias derivadas por picaduras de medusas en los arenales ilicitanos, similar al pasado periodo estival, pero que contrasta con su actividad en años anteriores.

Aunque la presencia de estos animales marinos en las aguas próximas a la costa puede ser la misma, lo cierto es que en los dos últimos años están llegando menos a las orillas de las playas ilicitanas. Así lo constatan algunos de los socorristas que prestan servicio en los arenales con la empresa Ambumar SyA desde el pasado verano y que años atrás lo hacían con la antigua concesionaria. «Los años anteriores teníamos bastantes más asistencias por picaduras de medusas que estos dos últimos años», señalan.

El mayor número de días con bandera verde puede estar detrás de este receso en cuanto al número de picaduras. En los días de Levante en los que hay muchas olas, los tentáculos de las medusas suelen romperse y llegar hasta las orillas de las playas, una circunstancia que en los dos últimos veranos se ha reducido sensiblemente. Hace tres años, por ejemplo, en Arenales del Sol apenas ondeó la bandera verde.

«Ha habido algún día puntual que hemos tenido bastantes picaduras, pero por norma general, como el pasado, está siendo un verano bastante tranquilo», señalan estos socorristas, quienes destacan que en los dos últimos periodos estivales no ha habido ni un sólo día con bandera por peligro de picaduras de medusas. En mayo, a causa de la presencia de carabelas portuguesas, sí que ondearon en las playas ilicitanas. Un niño de 11 años, incluso, tuvo que ser hospitalizado por una picadura en la playa de La Marina.