Bañistas que esta mañana se encontraban en un punto determinado de Arenales del Sol se han visto gratamente sorprendidos por la simpática visita de una raya.

De inmediato, el ejemplar ha copado toda la atención de los allí presentes, mientras iba corriendo la voz en la zona. Muchos niños y no tan pequeños se apresuraban a acercarse para observarla antes de que poco a poco abandonara la orilla.

Muchos han aprovechado para captar imágenes con su móvil, entre ellas Yolanda Viósquez, la cual ha realizado las fotografías que ilustran este texto. El avistamiento se ha producido sobre las 11 horas, a la altura del hotel de Arenales del Sol.

Cabe recordar, como señalaba el pasado mes de septiembre I. J. Iniesta, que los socorristas de Ambumar SyA, la concesionaria del servicio en Elche, realizaron el pasado verano de 2017 más de mil intervenciones relacionadas con picadura, en su gran mayoría de medusas y peces, pero también de insectos, y, en menor medida, de pinchos erizos. Esto supone que, de media, se registraron una veintena de picaduras cada día en las playas ilicitanas. Unas cifras nada despreciables que, sin embargo, fuentes de la empresa apuntaban a que se trataba de algo habitual. sin grandes diferencias con respecto a otros años, aseguraban los trabajadores.

Una muestra de que los socorristas están para mucho más que realizar rescates de bañistas a pie de playa. De hecho, de las 1.300 intervenciones que se realizaron, solo cerca de 40 han sido relacionadas con rescates. Por detrás de las picaduras, las heridas supusieron el otro gran bloque de atenciones, con cerca de 230 casos en todo el verano. Aquí entran en juego los pequeños accidentes jugando en la arena, cortes, y daños originados, frecuentemente en manos, piernas y pies, en playas con presencia de rocas, como puede ser El Altet o El Carabassí,con las que tropiezan muchos bañistas sin darse cuenta.

Los diferentes puestos de socorro con los que cuentan las playas recibieron la visita de bañistas durante todo el verano, prácticamente todo el día.

Los socorristas recomiendan acudir de inmediato a los puntos de atención sanitarias para tratar de erradicar lo antes posible las consecuencias de las picaduras. «Hay mucho mito, como lo de lavar con agua de mar e incluso hemos llegado a escuchar que la orina calma el dolor. Nada más lejos de la realidad. Si se lava, que sea con agua dulce, y, lo más importante, proteger del sol una vez se ha lavado y curado la herida», aseguraban los profesionales a pie de playa.

Los niños se llevan una buena parte de las atenciones, ya que «tienen menos ojos que los adultos a la hora de ver medusas, excavar en la arena y encontrar erizos, o sufren heridas jugando», pero lo cierto es que los animales marinos no realizan ningún tipo de distinción a la hora de «atacar». La presencia de medusas y peces ha sido la habitual en época estival, y no ha habido que izar la bandera roja por plagas de medusas ni por otras circunstancias que no sean las corrientes marinas.

El número de rescates también fueron especialmente bajo comparados con otras playas del litoral de la provincia. Los días más conflictivos son los de bandera roja, cuando los bañistas interponen aliviar el calor a su propia seguridad. Aun así, no se produjeron graves incidentes, ya que la presencia policial también sirve para que los bañistas respeten las banderas.

El resto de atenciones registradas se reparten entre ataques de epilepsia, que requirieron una treintena de atenciones, y casos muy puntuales de contusiones, esguinces o luxaciones, quemaduras, tanto solares como de fuego o golpes de calor, si bien todas ellas se contaban, individualmente, con los dedos de una mano.

Por lo general, los trabajadores del servicio apuntaban a que fue un verano muy tranquilo en el que no hubo que lamentar graves daños personales.