La red de drenaje o de avenamiento de la Vega Baja y el Baix Vinalopó, es decir, el conjunto de canales de drenaje, los ríos, vaguadas, barrancos y demás que permite la evacuación del agua que constante o intermitentemente circulan por estas comarcas, actúa eliminando sales en las zonas agrícolas, siempre que se mantenga el riego por inundación o de forma abundante. Asimismo, dada su complejidad, también contribuye a que se transforme la contaminación difusa existente en puntual, y que además pueda localizarse cerca de las desembocaduras de los ríos Vinalopó y Segura, con el fin de ser tratada y que no acabe en el mar.

Éstos son algunos de los resultados de un grupo de investigadores de la Universidad Miguel Hernández de Elche que está llevando a cabo un proyecto de investigación sobre recursos hídricos del sistema de azarbes en el entorno del Parque Natural de El Hondo. Además de realizar la cartografía correspondiente y la localización mediante satélite de los usos del suelo, se ha realizado un seguimiento exhaustivo de la calidad de las aguas.

Ésta es una parte de un conjunto de investigaciones mucho más amplia, que se encuentra en su tercer año de vida, impulsadas desde que la Dirección General del Agua, particularmente desde la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, que promueve la investigación sobre la calidad de las aguas en la Comunidad Valenciana. En lo que concierne a los investigadores de la UMH implicados en este trabajo, se están estudiando las aguas que se vierten en la zona meridional a través de la desembocadura del río Segura y en la Gola de Santa Pola, lugar a donde van a parar las aguas del río Vinalopó, entre otras.

El estudio, en concreto, consiste en la toma de muestras a lo largo de tres años para analizar básicamente contaminación en las aguas, la procedente de la agricultura del Baix Vinalopó y de la Vega Baja principalmente. Los análisis se centran en salinidad, formas nitrogenadas, fósforo, metales pesados y algunos pesticidas.

«Las dos comarcas del sur presentan un relieve bastante llano, y disponen de un complejo sistema de drenaje que permite el desarrollo de la agricultura, representado por los principales azarbes de la red (canales de drenaje). Parte de ellos, junto con el río Vinalopó, vierten aguas en Santa Pola; el resto, junto al Segura, en Guardamar», explica de entrada José Navarro Pedreño, el investigador principal.

Esta red, junto con el riego tradicional por inundación, permite el drenaje de sales y otras sustancias de los suelos. «Si no sucediera, los suelos que de por sí tienen altos niveles de salinidad, acabarían siendo improductivos por la acumulación de sales», aclara el experto.

El estudio ya avanzado, en el que participan también las áreas de Edafología y Química Agrícola y de Ingeniería Química de la Universidad de Elche, ha detectado y confirmado un cierto tipo de contaminación, de tipo difuso, es decir, el origen no está bien localizado.

No obstante, las características de la red de drenaje de aguas, reutilizadas en gran medida para riego antes de ser vertidas al mar, que permiten el control del nivel freático y evitan que haya zonas inundadas y pantanosas, transforma esta contaminación difusa en contaminación puntual focalizada en dos lugares muy concretos de la costa alicantina, coincidentes con las desembocaduras de las aguas de los ríos Vinalopó y Segura.

Este hecho, en principio negativo, puede convertirse en positivo, al poder tratar en estos puntos las aguas para mejorar su calidad, bien para verterlas al mar en mejores condiciones, bien para su reutilización, por ejemplo, para riego.

Aunque todavía no se ha finalizado el estudio, no parecen alarmantes los niveles de contaminación encontrados, a juicio de los científicos. «La salinidad es importante de cara a la reutilización del agua. Está más de dos o tres veces inferior a la salinidad del agua del mar en todos los casos», apunta el investigador principal.

El estudio definitivo concluirá en a finales del presente año y permitirá conocer mejor qué tipo de aguas llegan a las desembocaduras del Segura y del Vinalopó y si éstas ven incrementada o no su contaminación.