Ni los más veteranos de la Capella recuerdan que un 15 de agosto cayera de manera tan prolongada lluvia en la mañana en que el pueblo de Elche acompaña a su Patrona en el entierro-procesión, caracterizado por que además de las autoridades, está acompañada por escolanos y sobre todo cantores, con las vestimentas del Misteri.

La procesión comenzaba a agilizarse antes de las 10 de la mañana. Los distintos representantes de los entes festeros, con sus vestimentas de gala, empezaban a discurrir con prisa, temiendo lo peor.

Por fin salía la Virgen y aunque sonaron algunas cohetàs, las tracas habituales ya empezaban a no lanzarse. Fue llegando a la Plaça de Baix, pero sobre todo en las cuatro esquinas, cuando la lluvia dijo aquí estoy yo y la comitiva apretó el paso, ya sin los habituales «In exitu Israel» entonados por la Capella. Incluso se valoró acortar por Obispo Tormo, pero en vista de que la gente seguía apostada en la Corredora para ver pasar a la Virgen, se respetó el itinerario habitual. Fue en el tramo final donde las precipitaciones no respetaron y empaparon sobre todo a los integrantes del entierro-procesión que entraron en Santa María en tiempo récord y a la carrera.