«Hoy sí». Esa era la frase que muchos emplearon ayer para describir hasta qué punto les había convencido la mascletà, la tercera y penúltima que entra en concurso en las Fiestas de Elche. Presentó un parón final y arranque por sorpresa que agradó mucho.

Fue de las que convencen y que suele pedir el público. Terremoto y bombardeo de una intensidad tal que las vibraciones llegan por el suelo y todo el cuerpo hace también casi como de caja de resonancia.

La Pirotecnia Alpujarreña utilizó toda la pólvora permitida, 120 kilos, para, en poco más de seis segundos, erigirse como una firme candidata a ganar este certamen pirotécnico que, una vez más, reunió a muchísima gente en una hora donde el calor fue menor ya que estaba en parte nublado.

Desde las siete de la mañana estuvo realizando el montaje el equipo de ocho personas de Alfonso Baños Muñoz, que planteó un inicio totalmente digitalizado, un juego de ritmos bastante rápido y una combinación de colores, truenecillos y truenos, entre otras características.

Una de las novedades fue que el cuerpo de la mascletà discurrió de forma paralela en los extremos del recinto acotado, por lo que el público de una punta u otra tenía que sentir o al menos notar lo mismo, generando así un sonido más envolvente.

El terremoto fue atronador y el bombardeo aéreo bastante largo. Dos golpes secos dieron por finalizado el espectáculo que el público agradeció con aplausos en alto y una sonrisa de oreja a oreja.

La Alpujarreña se coloca así como un candidato importante a hacerse con este concurso, que hoy finalizará con el espectáculo de Pirotecnia Turís.