Las actuaciones para colocar un nuevo vallado en torno a lo que queda del hotel de Arenales del Sol comenzaron inicialmente el miércoles. El objetivo es garantizar la seguridad de los viandantes, ya que la fachada posterior (donde antiguamente estaba localizada la entrada principal al complejo, que abrió sus puertas en 1963 y las cerró en 1979, invade ligeramente el principal paseo de este enclave turístico.
Las obras las está asumiendo de manera subsidiaria el Ayuntamiento de Elche. Es decir, una vez terminada la actuación, le pasará la factura a la empresa propietaria del hotel, aproximadamente unos12.700 euros, según fuentes municipales, que calculan que la instalación del nuevo vallado culminará probablemente el lunes o martes próximo.
De momento han arrancado las primeras tareas de los operarios, en concreto en la calle Flores. Tanto en ésta, como en el tramo que el solar ocupa en la avenida San Bartolomé de Tirajana, como en la calle La Coruña, está previsto instalar un vallado metálico microperforado.
En los últimos meses, el irregular perímetro establecido en torno al hotel se ha ido deteriorando. Algunos tramos aparecían vencidos parcialmente. En otros, cualquier niño se podía colar por debajo y acceder sin problema al inmueble, que presenta un aspecto totalmente ruinoso. Incluso existen algunos tramos donde hay un muro de obra levantado y semiderruido. El aspecto del hotel de Arenales del Sol, que está ubicado justo en frente de la plaza donde más terrazas se concentran de este enclave turístico, es tal que muchos no pueden evitar fotografiarlo ante la sorpresa de que persista aquí un edificio que parece el resultado de un bombardeo aleatorio.
En cualquier caso, la colocación de esta nueva valla se ha demorado más de lo deseado, por los trámites administrativos y burocráticos. En primer lugar, tanto la propiedad como el Ayuntamiento, estaban preocupados por si el estado actual del edificio ofrecía algún riesgo para los transeúntes, sobre todo ahora, en plena temporada alta. Desde el Consistorio se instó a la propietaria a que por voluntad propia cambiara el vallado, aunque finalmente ha sido el Ayuntamiento la que ha tenido que hacerlo de forma subsidiaria. No obstante, y tras los oportunos plazos de alegaciones, el Consistorio ha tenido que pedir permiso a la empresa dueña del hotel para poder entrar en la propiedad privada de cara a estas obras, algo que sí ha sido autorizado. Pero es que además, hasta que Costas no ha dado permiso, algo que se le comunicó el pasado 2 de agosto, el Ayuntamiento no ha podido actuar.
