n Acostumbrada a los directos, las cámaras y los platós de televisión en su trabajo en Antena 3, Mónica Carrillo vivió anoche en la Plaça de Baix el informativo más difícil y emotivo de toda su dilatada carrera periodística, como ella misma reconoció. «¡Guau!» fue lo primero que dijo la ilicitana al asomarse al balcón del Ayuntamiento y contemplar el estado de la plaza, totalmente abarrotada. Con un vestido verde, uno de los colores más identificados con Elche, la escritora comenzó un pregón en el que hizo referencia a sus padres, Jesús y María, una familia que llegó a territorio ilicitano desde Murcia para buscar un futuro mejor para sus hijos. Mientras leía el discurso, su madre lloraba al escuchar estos entrañables recuerdos.

Antes de subir a la parte alta del Ayuntamiento, y rodeada por una nube de fotógrafos que no quería perderse ningún gesto suyo, Mónica Carrillo escucho los acordes de Aromas ilicitanos en compañía del alcalde, Carlos González, y el concejal de Fiestas, Pepe Pérez, sus dos anfitriones, que no se separaron en ningún momento de la gran protagonista del inicio oficial de los días grandes de la ciudad. El público se arrancó con un espontáneo saludo para recibir a la presentadora: «Carrillo es cojonuda, como Carrillo no hay ninguna».

Cientos de ilicitanos se acercaron a la Plaça de Baix para vivir el pregón en directo. Los momentos de espera fueron completados con cánticos de todo tipo, desde las reivindicaciones de los habitantes del Camp d'Elx hasta la entonación de los acordes del himno de España. Una vez que Mónica Carrillo inició su discurso los focos se pusieron sobre ella, y sus palabras sólo fueron interrumpidas para recibir los aplausos y el cariño por parte de sus entusiasmados paisanos.

Un colorido espectáculo de luces, fuegos y música con el que se repasaron los momentos más significativos de Elche, desde la representación del Misteri d'Elx hasta la llegada de Cantó a la ciudad, puso el broche de oro a la primera de las muchas noches de grandes emociones que se avecinan los próximos días.