Arenales del Sol se viene sumergiendo, sobre todo a partir de la segunda quincena de julio, en un auténtico «sálvese quien pueda» a la hora de encontrar aparcamiento para ir a la playa. Los problemas se dan especialmente, como no podía ser de otra manera, los sábados y domingos, cuando encontrar un hueco para dejar el coche es muchísimo más complicado que colocar la sombrilla en primera línea de playa a las 9 de la mañana.

Sin embargo, donde la situación se vuelve más problemática es en las inmediaciones de la calle Albacete y en la rotonda de conexión con la avenida San Bartolomé de Tirajana, justo en el perímetro del Clot de Galvany. Los vecinos están hartos de comprobar cómo muchos coches ocupan caminos peatonales y vías ciclistas para poder llegar a un solar, sin acceso directo, y estacionar así lo más cercano posible de cara a la playa del Carabassí.

Los peatones y ciclistas muchas veces se tienen que apartar ante la circulación de los turismos, que marchan, pegados al límite del vallado del mencionado paraje natural, en busca de un hueco donde dejar el coche lo más cercano posible a la avenida de San Bartolomé de Tirajana y, por tanto, a las pasarelas de madera de la playa del Carabassí. Así lo acreditan varios vídeos realizados por vecinos de las inmediaciones hartos por lo que tienen que soportar cada fin de semana.

Muchos conductores prefieren dejar el coche en la parte baja, y no en descampado habilitado en la parte alta, para lo cual tienen que maniobrar en muchas ocasiones por la zona peatonal, evitando llevarse alguna de las farolas o dañando el cercado.

No obstante, no siempre lo consiguen, según señala Linda, una vecina de las inmediaciones, harta de ver cómo los coches golpean alguna que otra luminaria o dañan el vallado cuando circulan los coches por donde no deben hacerlo. Pero es que además, los vehículos levantan una gran polvareda, que termina por colarse en balcones y ventanas de los edificios próximos, lo que causa mayor indignación aún si cabe entre los residentes.

Para el alcalde pedáneo de Arenales, Alejandro García, la situación en este punto es de «desastre absoluto» ya que es evidente que existe «descontrol en el tráfico rodado por ese descampado».

La Policía Local conoce de sobra esta situación, pero carece de medios humanos para tener, por ejemplo, a una patrulla en este lugar desde las 9 de la mañana hasta las 21 horas. Pero es que además, en la citada rotonda se genera una gran congestión cuando, sobre las 20 horas, comienzan a regresar los bañistas a su casa. La aglomeración de tráfico es tal que para salir de esta zona costera se requiere mucha paciencia, ya que se junta el tráfico que baja y sube de Gran Alacant, el que sale del camino del Carabassí y el de los vehículos que en masa emigran de los aparcamientos en los dos descampados citados.

Aparte de esto, el resto de Arenales asiste cada fin de semana a vehículos estacionados en esquinas, zonas amarillas e incluso ocupando parcialmente pasos peatonales o cargas y descargas. La grúa municipal no da abasto y los autobuses que circulan por la zona urbana saben que tienen que armarse de paciencia ante el gran volumen de vehículos que se mueve en las horas punta.

Cada fin de semana Arenales es tomado por miles y miles de visitantes. Los efectivos policiales no pueden llegar a todo, aunque no por ello dejan de multar, aconsejar o aligerar el tráfico en la medida que pueden. No obstante, los vecinos piden más medios y soluciones ante tanto tráfico.