La propietaria de una vivienda en las inmediaciones de Bonavista debía ser la única que no sabía que en el sótano de su vivienda había un cultivo de medio millar de plantas. Tantas y tan frondosas que fue precisamente el fuerte olor que desprendían lo que alertó a un vecino. Este a su vez y de forma casual informó a una patrulla de la Policía Local que se encontraba realizando un servicio de vigilancia preventiva en el campo. Los agentes, con esta información, no tuvieron mucho problema en saber cuál era la casa sospechosa. Solo tuvieron que seguir su fino olfato y ¡bingo!.

Los policías, explica el Ayuntamiento de Elche en un comunicado, «tras ser preguntada la moradora por el olor a marihuana dijo a los agentes que había un cultivo de unas 500 plantas en el semisótano», ahora bien, también les dijo que no tenía relación con el cultivo. Versión que no le evitó ser detenida y puesta a disposición judicial.

El negocio estaba perfectamente montado, en el lugar había «decenas de lámparas de crecimiento, ventiladores, transformadores y tres aparatos de aire acondicionado, así como catalizadores y filtros».

Posteriormente, pudo confirmarse un fraude de suministro eléctrico, cuya cuantía se valorará por la empresa distribuidora, ya que el negocio estaba enganchado a la luz de Iberdrola y, por lo tanto, no aparecía en la factura. Era completamente invisible.