Después de una década, el Ayuntamiento de Elche ha vuelto a encargar un estudio para conocer el grado de contaminación que sufre la ciudad. El trabajo, que de nuevo se ha encomendado al Laboratorio de Contaminación Atmosférica de la Universidad Miguel Hernández de Elche (ayer se firmó el correspondiente convenio), incluye dos partes.

Por un lado, se van a colocar, en lo alto de las farolas o de semáforos, medio centenar de medidores, repartidos por distintos puntos de la ciudad. Esto permitirá tener una foto fija, un mapa de qué zonas del casco urbano son las que habitualmente están más y menos saturadas de contaminación. Se trata de dosímetros que permiten conocer el promedio de contaminación en un determinado punto. Una vez conocidas qué calles o enclaves son los más contaminados, sobre todo debido al tráfico a motor, la UMH podría proceder entonces a ubicar equipos automáticos mucho más sofisticados que, llegado el caso, podrían informar de la contaminación prácticamente en tiempo real. El único inconveniente de esto es que esos equipos suponen una inversión bastante elevada.

Aquí, por tanto, se trata de conocer qué niveles de óxido de nitrógeno, es decir, lo que habitualmente sale de los tubos de escape de los vehículos impulsados por combustibles fósiles, hay en la ciudad, unas mediciones que se llevarán a cabo a partir de finales de este año y que se prolongarán durante tres inviernos (el convenio se ha firmado para tres años), puesto que es en esa época cuando la ciudad sufre más en este sentido.

La otra parte del estudio de la UMH es continuar con la medición de partículas en suspensión. Esto son pequeños elementos que a simple vista no vemos, pero que son respirables y pueden producir efectos nocivos para el cuerpo humano. Esas partículas deben ser controladas y evaluadas. La UMH, en concreto, viene, desde el año 2015, midiendo este tipo de partículas en una calle concreta, en Puente Ortices. Cuando finalice este estudio, el Laboratorio de Contaminación Atmosférica tendrá cinco años de datos sobre la presencia de partículas en el aire.

El acuerdo entre Ayuntamiento y UMH supone una inversión de 17.000 euros cada año (7.000 los pone el Consistorio y el resto la Universidad) y el objetivo del estudio es que sirva para adoptar medidas de cara a la mejora de la calidad del aire.