A pie, en bicicleta y hasta desde dentro del agua. La Unidad Turística de la Policía Local de Elche trabaja para garantizar la seguridad de los usuarios también en su lugar de descanso o vacaciones. Robos, hurtos, venta ambulante y masajes ilegales, el control de las zonas delimitadas a baño y embarcaciones deportivas y a motor, detección de pescadores furtivos y, a veces, hasta retirada de basura de las aguas. Estas son las acciones que realizan cada día la decena de agentes, los dos oficiales y el inspector que forman este grupo policial, y con quien INFORMACIÓN pudo pasar una jornada de trabajo para comprobar cuáles son las principales incidencias a pie de playa. Apenas llevan un mes prestando el servicio en El Altet, Arenales del Sol, El Pinet, La Marina y El Rebollo, pues su trabajo se limita a la temporada alta desde comienzos de julio, en apoyo a las dotaciones policiales que habitualmente patrullan por estas zonas. Sin embargo, les ha dado tiempo a hacer de todo: 179 denuncias por incumplir la ordenanza de playas, otras 29 relacionadas con la seguridad ciudadana, y otras 168 por parte de los agentes de Movilidad Urbana por cuestiones relacionadas con el tráfico.

La Unidad Turística se pone en marcha alrededor de las 8.30 horas. En la jornada del viernes, cuando este diario acompañó a los agentes, la lectura del servicio desde la Jefatura de la Policía Local de Elche se inició a las 8.30 horas. «Tenemos una orden que dice que hay motocicletas que circulan por el paseo marítimo a gran velocidad, hablad con el ciudadano; en La Marina tenemos que controlar el aparcamiento. Hay varias quejas, sobre todo de restaurantes. Si algún coche estaciona con el culo un poco fuera, ya no se puede pasar; la venta ambulante, en Arenales del Sol, tenedla en cuenta, ahí sí que no tenemos miramiento, fruta, comida... Decomisado, acta y para adelante».

Estas son las órdenes que recibieron los agentes por parte del oficial, de cara a la jornada del viernes, donde ya comienza a intensificarse la presencia de turistas en la costa y, con ella, los incidentes. Minutos después, las diferentes patrullas comienzan a dirigirse a sus respectivos destinos. El Grupo de Unidad Marítica y Atención Turística (GRUMAT) se dirige hasta Santa Pola. Allí se encuentra, en el puerto, la embarcación que los agentes utilizan para patrullar el litoral desde el mar, desde El Altet hasta Guardamar del Segura, donde termina la playa de El Rebollo. Pese a no ser de su término municipal, también se cubre Santa Pola, zona de paso entre todo el litoral ilicitano, y si hubiera algún incidente, también se presta apoyo.

A bordo de la «Dama de Elche», que así se llama la embarcación, partimos rumbo a El Pinet, para realizar la primera inspección del día. «Se comprueba que no haya habido ningún incidente durante la noche, ya sea con embarcaciones o de nadadores», apunta el oficial que nos acompaña, Pedro Zuñiga. Nada más llegar a El Pinet nos encontramos con una de las acciones más habituales y de las que más se quejan los bañistas: un grupo de turistas está practicando SUP en una zona reservada al baño, por lo que se les advierte de que deben trasladarse detrás de las boyas, que delimitan el espacio reservado para actividades deportivas y de ocio.

Por lo demás, todo parece estar tranquilo, pero nunca hay que dar nada por hecho. El día anterior, un agente tuvo que echarse al agua al localizar a un pescador furtivo, al que le confiscaron cinco pulpos de tamaño mínimo -el más pequeño apenas pesaba 200 gramos.

De todo

Durante los «paseos» por el mar, la patrulla asegura que encuentra de todo. Desde redes de pesca abandonadas hasta cajas de televisores procedentes de algún yate. Hace unos días, incluso, se recogió un bidón de aceite de motor que estaba a punto de derramar su contenido, con el evidente perjuicio para el medio ambiente, por lo que también retiran este tipo de elementos que encuentran flotando en la superficie marítima.

De vuelta a Santa Pola nos encontramos con la moto acuática de Ambumar, la empresa que presta el servicio de socorrismo en las playas de la ciudad, y que también utilizan para dar tener una ayuda extra en cuanto a la vigilancia y rescate. Y es que, la coordinación con los socorristas es otra de las tareas fundamentales de los agentes, pues también apoyan en caso de rescates y reanimaciones cardiopulmonares, como la ocurrida hace unos días.

Continuamos la jornada con otro de los grupos que, en este caso, patrulla en bicicleta por Arenales del Sol. En el paseo, «es la opción perfecta», apuntan los agentes, pues permite moverse de punta a punta, a una velocidad que deja visualizar la actividad en el paseo por su hubiese cualquier incidencia y, sobre todo, «por la sensación de cercanía que se transmite al ciudadano», añaden. Lo mismo ocurre cuando estas bicis se trasladan a pie de playa, o a pie, en las zonas de más difícil acceso.

«El hecho simplemente de que nos vean, crea un efecto disuasorio. Saben que estamos continuamente por aquí, así que quien viene a delinquir se va a otros sitios, y la gente también se siente más segura», apunta el mismo grupo que realiza esta vigilancia en La Marina. Aun así, se han realizado intervenciones relacionadas con la venta ambulante, como los vasos de frutas decomisados hace unos días. Estos días también se comprobará toda la documentación relacionada con los chiringuitos, con el fin de que se cumpla también la legalidad en estos puntos. En definitiva, una Policía cercana, con vocación de servicio ciudadano y, sobre todo a partir de esta semana que entra, con un gran volumen de trabajo debido a los miles de turistas que se desplazarán al litoral de Elche.