«A partir del lunes 30 de julio les atenderemos en Torrellano. Gracias por estos años de fidelidad». Con estas escuetas palabras anunciaba ayer La Magdalena que cerrará mañana su local en el centro de la ciudad. Y es que el domingo tampoco abrirá, ya que ha venido cerrando los domingos del mes de julio por «descanso del personal». La noticia cayó ayer como un jarro de agua fría entre los clientes del local. «No puede ser, pero si vendéis un montón», rezaban muchos. «Se trata de organización de la empresa, que no da abasto con las dos tiendas», era la única explicación que se le daba a los clientes. Así lo confirmaron también fuentes cercanas a la dirección a este diario, quienes también matizaban que el cierre no se debe a la polémica sobre la peatonalización de La Corredora, ni a sus presuntos beneficios o inconvenientes.

Aun así, echar la vista atrás fue inevitable. En las dos últimas semanas echaba el cierre Oysho, la marca del gigante Inditex dedicada a la lencería. Un mes antes había hecho lo propio Massimo Dutti, por lo que la gran firma textil, tras el cierre años atrás de Pull and Bear y Lefties, tan solo mantiene en el centro la tienda de Zara. La polémica por la falta de dinamización del centro estuvo servida, una vez más.

Clientes pero también comercios de alrededor lamentaron esta nueva bajada de persiana, pues «toda piedra hace pared. Cada tienda que se va, sea de lo que sea, es una oportunidad perdida de atraer clientes al centro de la ciudad y que nos beneficiemos todos», señalaba ayer la regente de una tienda de ropa cercana.

Lo cierto es que La Magdalena, que abrió hace unos años en el centro de la ciudad tras una larga trayectoria en su establecimiento de Torrellano. La variedad de panes y la oferta en cuanto a confitería y cafetería tenía una larga cartera de clientes. La empresa asegura que ahora centrarán sus esfuerzos en la tienda de Torrellano, donde también atienden a clientes no solo de la pedanía ilicitana, sino de toda la ciudad y otros núcleos cercanos. Sea como fuere, lo cierto es que, desde mañana, La Corredora pierde un nuevo negocio, otro más. Por tanto, la necesidad de reactivar la economía en el centro de la ciudad se hace cada más las latente, para evitar los numerosos cierres que se suceden en los últimos años.