Hace dos lunes José Valero iba caminando con su mujer por la avenida de las Cortes Valencianas y, no sabe cómo, a la altura de uno de los alcorques se precipitó al suelo. Tras ser ayudado a incorporarse y sentarse en un banco para sosegarse, perdió de inmediato el conocimiento. No lo recuperaría hasta encontrarse ya en una ambulancia camino del Hospital del Vinalopó. «Por suerte no me rompí nada. Tengo dolores en el brazo y la rodilla, y en el pecho alguna molestia. El susto se lo llevó mi mujer», relata Valero, quien este accidente le ha recordado que en el barrio de El Toscar se viene comentando desde hace meses que varias personas vienen sufriendo caídas a raíz de, algunos casos, la profundidad o el desnivel que presentan en su interior una parte de los alcorques de la citada avenida.

Pero es que además, la asociación de vecinos de El Toscar ya dio a conocer este problema al Ayuntamiento de Elche hace aproximadamente un año, así como en otras reuniones o escritos posteriores, según recuerda su presidente, Pedro Martínez.

«En la última reclamación que hicimos en este sentido me dijeron que el concejal estaba de vacaciones y hablamos con un técnico de Parques y Jardines», afirma Martínez, quien asegura que posiblemente una veintena de alcorques precisarían un relleno para evitar que la gente meta el pie y pierda el equilibrio.

Desde la asociación vecinal se tiene constancia de que el pasado viernes se rellenaron cuatro de estos alcorques, precisamente los que están más próximos a los cruces para peatones y a los colegios López Orozco y Blasco Ibáñez. No obstante, los vecinos consideran que ni de lejos es suficiente, aunque también afirman que desconocen si la idea del Consistorio es ir rellenando poco a poco estos alcorques para que no ofrezcan peligro, sobre todo en una de las aceras entre el tramo de la plaza Almoradí y la fuente de la avenida de Novelda.

«No tenemos que esperar a que ocurra un accidente importante para resolver el problema», expone el presidente vecinal, quien es conocedor, por parte de algunos padres de los citados centros educativos, de que más de un escolar, bien porque iba jugando, bien porque iba distraído, ha metido el pie en algunos de estos hoyos y se ha caído, muchas veces sin mayores consecuencias, además de personas mayores.

José Valero apunta por su parte que algunos de los árboles presentan un tronco fino, por lo que el hueco al pie del mismo no solo es amplio, sino que también, en varios casos, es considerablemente hondo. «No están en condiciones, está eso peligroso porque algunos llegan a tener una profundidad de tres o cuatro palmos», remarca. Y es que a la hora de regar, se habría apostado por dejar en algunos casos un buen hueco para poder depositar así gran cantidad de agua.Desde la asociación vecinal tienen intención de volver a comentar una vez más este problema con el edil responsable, Antonio García. Es más, a poder ser, le pedirán que se actúe como en el jardín Rafael Alberti, donde en los alcorques se ha colocado un material poroso que los vecinos consideran que resuelve el problema muy bien.Este diario intentó recoger ayer una valoración del Ayuntamiento sobre esta cuestión sin lograrlo.