Una serpiente multicolor de disfraces inundó de ingenio la celebración más recurrente y multitudinaria de las fiestas rurales de Matola, una charanga que se convirtió en un desfile de imaginación compartido por personajes de Los Picapiedra, romanos, griegos, indios, vaqueros, hawaianos o medusas. Alrededor de un millar de vecinos de la partida tomaron parte en una charanga que partió desde el restaurante Matola y tocó a su fin en el Centro Social de la pedanía ilicitana.

La popular charanga se vio salpicada por la ingesta de alcohol a lo largo del desfile, lo que obligó a actuar a la Policía Local y a que los agentes requisaran la bebida a distintos grupos participantes en el recorrido.

Siendo uno de los actos populares más esperados y desenfadados de las fiestas de esta pedanía, la degradación que ha ido sufriendo a lo largo de los últimos años, llegando a producir molestias tanto al público que disfruta de la charanga como a los que participan en ella, había motivado que, como ya sucediera el año pasado se pidiera estar inscrito en el evento para poder participar en el mismo. Aún así, algunos introdujeron alcohol en el desfile y la Policía Local se vio obligada a actuar.