La jueza decretó ayer el ingreso en prisión preventiva durante los próximos nueve meses para Félix Steven Manrique, el líder de la secta peruana que captó a Patricia Aguilar, la joven de Elche que se fue de casa al cumplir los 18 años, para unirse a Gnosis, como se hace llamar esta agrupación. La Fiscalía de Trata de Personas había pedido para él nueve meses de prisión provisional, medida que finalmente impuso la magistrada. Además, la jueza ha dado cuatro meses a las partes para aportar pruebas y concluir la investigación. Una noticia que la familia de Patricia acogió con alegría por ver al responsable del calvario que llevan sufriendo desde hace un año y medio, entre rejas. La decisión se hizo de rogar, pues aunque en un principio la vista estaba prevista para la jornada del jueves, no fue hasta ayer, tras una larga vista, cuando se dio a conocer.

Aunque en principio se le trasladó a la familia que sería una vista rápida, pues tan solo iba a tratarse de la decisión del juez, sin más trámites ni toma de declaraciones, lo cierto es que se demoró más de tres horas. Según apuntó la prima de Patricia, Noelia Bru, quien ejerce además como portavoz de la familia, a la vista judicial acudieron los abogados de las tres víctimas rescatadas en pasado miércoles, el cónsul español, quien está cooperando con la familia para resolver el caso y, a mitad de la sesión, también se incorporó Alberto Aguilar, el padre de la joven ilicitana, que lleva un mes en Perú con el fin de acelerar los trámites para resolver el caso, y el resto de las familias de las otras dos víctimas. La familia se mostró contenta por la decisión judicial, y destacó el papel de la Fiscalía, cuyo informe «estaba muy bien documentado, con muchas pruebas», y también mostraron su satisfacción por la actitud de la juez. Mención aparte supuso la actitud de Manrique ante el tribunal, pues se mostró «arrogante, e interrumpiendo continuamente la sesión», tal y como manifestó la prima de Patricia, quien conocía la decisión por el propio padre de la joven, que siguió con cierta tensión la vista judicial.

Esta actitud de Manrique no es nueva. Durante la jornada de ayer, diversos medios peruanos también recogían la filtración de la declaración del líder de la secta en Comisaría el pasado jueves, donde mostraba una actitud altiva y prepotente, llegando a asegurarle a los agentes que estaban haciéndole tortura psicológica por hostigarle a preguntas, y vulnerando los derechos humanos. Hasta ahora, ha negado a los agentes que le arrestaron que sea culpable de ese delito de trata de personas que le imputa el Ministerio Público peruano. De hecho, en sus primeras declaraciones tras ser detenido, que también fueron filtradas a los medios de comunicación, el detenido incidió en que Patricia estaba allí por su propio pie, y que el hecho de que Patricia hubiera huido de casa y no se pusiera en contacto con sus padres respondía a una mala relación en la que no quería meterse.

Fundamental

La familia conocía la decisión alrededor de las 20.30 horas española, tras llevar desde las cuatro de la tarde pendientes de la vista que estaba teniendo lugar en Perú. El ingreso en prisión es fundamental para la familia, con el fin de que tanto Patricia como las otras dos chicas captadas por Manrique, puedan romper el vínculo emocional y psicológico que aún hoy les une al líder de la agrupación. Las mujeres se encuentran en las dependencias del Ministerio de la Mujer, dentro de un programa de atención a las víctimas, donde recibirán asistencia integral, incluida la psicológica, con el fin de romper ese vínculo con el líder de la secta. Por el momento, tanto ella como su hija se encuentran recuperándose de la desnutrición crónica que sufren, debido a las condiciones extremas en las que vivían en mitad de la selva, en una especie de cuadra, y donde la joven tenía a cinco menores a su cargo.