Las aparadoras de Elche «tomaron» ayer el Congreso de los Diputados para denunciar la esclavitud y precariedad laboral del sector. El colectivo, recientemente constituido en la ciudad, ha llevado su voz hasta Madrid para reclamar al Gobierno central y al Ministerio de Trabajo medidas para acabar con la clandestinidad que empaña a las trabajadoras.

«Nos siguen esclavizando y cuando tengamos que jubilarnos no podemos retroceder como mujeres independientes y tener que depender de la pensión del marido porque a nosotras no nos quede de nada», denunciaba ayer la presidenta de la Asociación de Aparadoras de Elche, Isabel Matute. La agrupación, que arrancó con 70 mujeres en el mes de abril, cuenta ya con 200 asociadas, según su representante, lo que demuestra la fuerza que ha alcanzado el colectivo, inspirado en las camareras de piso, pese a su corta trayectoria.

De la mano del grupo confederal, han registrado en el Congreso una proposición no de ley, con la que piden más medios y personal en la Inspección de Trabajo para reconocer los derechos laborales, salariales y en materia de salud laboral de este colectivo. Asimismo, han reclamado un foro con la Generalitat Valenciana, entidades locales, sindicatos y patronal para buscar soluciones respecto a la economía sumergida en este sector, tanto en materia fiscal como laboral, una certificación de calidad laboral y un informe con los riesgos psicosociales y de salud laboral en este trabajo.

El secretario general de Podemos de Elche, José Vicente Bustamante, acompañó al colectivo.