n Desnutrida, con muy mal aspecto, en mitad de la selva en una zona conflictiva y con una hija que nadie sabía que tenía, y que nació el pasado 28 de mayo. Así fue rescatada en la noche del miércoles Patricia Aguilar, la joven ilicitana que desapareció hace un año y medio tras ser captada por una secta satánica peruana. En este país fue liberada por las autoridades estatales, gracias a una operación dirigida por la Fiscalía de Trata de Personas del país. El problema ahora pasa por conseguir salir de Perú. Patricia se encuentra en una situación irregular, ya que a afectos legales es una inmigrante sin papeles, y tener una hija de nacionalidad peruana complica aún más el caso, al tratarse de una menor. Por tanto, «aunque no sabemos muy bien cuáles son los trámites a seguir, pediremos amparo al juez para que pueda volver a España. Es cierto que está allí de forma irregular y el padre del bebé, el líder de la secta, es peruano, pero se podrá demostrar que se ha desentendido y los ha maltratado, y esperamos que vuelva pronto», apuntó ayer, Noelia Bru, portavoz de la familia y prima del padre de Patricia Aguilar.

La investigación que permitió liberar a la joven ilicitana se inició hace casi un año, según señaló ayer la familia de la chica, como fruto de la insistencia y las pesquisas previas que realizaron sus seres queridos. De hecho, el padre de la joven, Alberto Aguilar, viajó hasta Perú el pasado 7 de junio para acelerar la investigación, y estar presente en el momento en el que la joven fuera liberada.

La operación policial permitió también detener a Félix Steven Manrique, el líder de la secta satánica conocida como «Gnosis», la cual respondía a las órdenes del mencionado gurú, autoproclamado como uno de los siete «reyes creadores» y que se hace llamar a sí mismo príncipe Gurdjieff. Patricia estaba sola y tenía a su cargo a cinco menores de edad. Las autoridades la encontraron «muy desmejorada», tal y como confirmó la familia, «en una zona peligrosa por el narcotráfico». También se liberaron a otras dos mujeres, una de ellas en avanzado estado de gestación, que «cuidaban» al líder.

Hasta ayer no llegaron hasta la capital peruana, donde ahora recibirán asistencia sanitaria. Hasta allí fue trasladado también el líder de la secta, al que trataron de linchar a su llegada a dependencias policiales, según grabaron las cámaras de varios medios peruanos. La joven fue captada cuando aún era menor, a través de las redes sociales, tal y como denunció su familia cuando abandonó el país. Una vez cumplió los 18 años, dejó su casa y cogió un avión hasta Perú, donde ha permanecido todo este tiempo. «Le han lavado el cerebro», apuntaba ayer la portavoz de la familia, por lo que ahora, lo que intentarán es «disponer de la ayuda de los mejores profesionales para recuperarla, porque somos conscientes de que, ahora mismo, no es ella, el trabajo de lavado de cerebro es muy importante y hay que recuperarla». En un principio, estaba previsto que su padre se encontrara con ella a última hora de la tarde de ayer, si bien la familia no sabía cómo iba a reaccionar pues durante este tiempo la joven ha publicado varios vídeos en las redes sociales en los que aseguraba que estaba allí por su propia voluntad y no quería que la buscaran.

El líder de la secta les había prometido salvarlas cuando llegara el «Apocalipsis». Se sospecha que los niños rescatados y que estaban a cargo de Patricia, todos menores de diez años, eran hijos del líder y de las otras dos mujeres rescatadas, ya que su propósito era dar descendencia que poblara el mundo tras ese supuesto Apocalipsis, según los mensajes difundidos por el propio líder de la secta.