Dos meses después de que lanzar lo que él llamó una «reflexión personal» para desbancar a PSOE y a Compromís del Gobierno municipal, que le costó la desautorización del PP provincial y el inicio de un expediente disciplinario, el edil popular Vicente Granero se desdijo ayer. Y lo hizo tras las presiones recibidas por la dirección de su partido y rechazando que el algún momento estuviera detrás de una moción de censura. Algo que recogieron en su día todos los medios de comunicación.

El portavoz adjunto del grupo municipal y número uno de Mercedes Alonso reculó ayer, una vez que la cúpula provincial le pidiera semanas atrás una rectificación pública. Optó, sin embargo, por emitir un comunicado acusando a la prensa de atribuirle una «interpretación errónea» de su comparecencia realizada en mayo. Una rueda de prensa en la que llegó a plantear la necesidad de que los partidos de la oposición tomaran medidas para evitar que siguiera gobernando el PSOE y Compromís por querer dar marcha atrás con el proyecto del Mercado Central. Algo que corrió como la pólvora hasta tal punto que el PP provincial no tardó ni dos horas en desautorizar al portavoz popular.

En aquel momento la cúpula del PP apuntó a que en ningún momento había autorización para plantear una moción de censura, porque, en primer lugar, consideraron que no era el momento y porque ni siquiera contaba con el apoyo de todos los concejales del grupo municipal. De hecho, ese amago de moción de censura auspiciada por el núcleo duro de Alonso chocaba directamente con el sector de Pablo Ruz, por sus aspiraciones de llegar a la Alcaldía en 2019.

De cualquier manera, Granero optó ayer por esta jugada para salvarse en el PP. «Desmiento que se fuera a presentar una moción de censura alguna, así como que no existía intención de llevarla a cabo», concluyó en su comunicado, dirigido no solo a los medios de comunicación, sino también a la dirección provincial. Y es que allí estaban esperando desde el mes pasado. En un escrito enviado por la cúpula provincial, el partido no solo le trasladó formalmente a Vicente Granero que se dirigirían a València para que tomen una decisión respecto a la apertura de un expediente disciplinario, sino que también pidieron al edil popular que rectificara públicamente y que dejara de hacer ese tipo de declaraciones.

De este modo, ayer Granero quiso salvarse en el PP y dar por zanjada una polémica, coincidiendo en un momento crucial en el partido a nivel nacional, con la elección del presidente y sucesor de Rajoy, cuyos efectos podrían hacer cambiar el rumbo a nivel local y dar opciones al sector de Alonso de cara a 2019.