El juzgado de Instrucción 3 de Elche acordó a última hora de la mañana de ayer el ingreso en prisión de un hombre de 39 años acusado de matar a su madre, cuyo cadáver fue descubierto el pasado día 30 de mayo. Desde entonces, esta persona, cuyas iniciales no han sido facilitadas, era buscado por estos hechos. Y era cuestión de tiempo que cayera. La Policía Nacional detuvo el sábado, en un hotel de Granada, al único sospechoso del crimen de la mujer, de 69 años, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado por su hija, enrollado en una manta y bajo una cama de la casa en la que convivían y ya está en prisión. Han sido más de tres semanas de intensa búsqueda desde que en la noche del 30 de mayo saltaran todas las alarmas. La hija de la fallecida, que había denunciado previamente la desaparición de su madre, fue la que encontró el cuerpo. Desde el primer momento, su hermano e hijo de la fallecida pasó a ser el principal sospechoso. Su adicción a las drogas, los problemas que había tenido en el barrio a causa del consumo y las continuas peleas con su madre, a la que pedía dinero para financiar la compra de sustancias estupefacientes lo colocaron desde el inicio en el foco de los investigadores.

El detenido pasó buena parte de la mañana de ayer en los juzgados de la Ciudad de la Justicia de Elche, donde pasó a disposición judicial a última hora de la mañana de ayer. La Jueza del Juzgado de Instrucción número 3 de Elche, que asumió desde el primero momento el caso, envió al hombre a prisión provisional, comunicada y sin fianza, debido a la gravedad de los hechos que se le imputan. Lo que no trascendió ayer fue el contenido de su declaración, pues el caso sigue bajo secreto de sumario mientras se completan las diligencias de la investigación, tal y como trasladaron fuentes judiciales a este diario.

La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional de Elche asumió la investigación y, en las primeras horas tras encontrar el cuerpo, centró la búsqueda entre Elche y Alicante, la ruta habitual del sospechoso, de 39 años, para adquirir los estupefacientes. Sin embargo, pronto se amplió ese dispositivo a todo el territorio nacional, ante la sospecha de que hubiera ido más lejos e, incluso, al extranjero. La autopsia desveló, según ha podido conocer este diario, que la víctima llevaba cerca de dos días muerta cuando su cuerpo fue hallado. Por tanto, el sospechoso habría tenido tiempo para huir. Así, comenzó a distribuirse su fotografía por estaciones de trenes, autobuses y aeropuertos, para lograr su captura. Pero tras la búsqueda en su entorno más cercano, y dado a que sus capacidades económicas eran escasas, se centró el dispositivo en un radio que comprendía varias provincias limítrofes.