El barrio de El Raval volvió a demostrar ayer que en Elche también hay tradición y admiración por las hogueras de San Juan. La cremà y la popular «banyà» atrajeron a vecinos de todos los rincones del término municipal con la llegada de la medianoche.

La hoguera infantil y la mayor ardieron ante la atenta mirada del público y la vigilancia de los bomberos del Parque Comarcal del Baix Vinalopó, que una vez apagadas las llamas refrescaron a todos los asistentes para poner el broche de oro a la fiesta.

El fuego comenzó arrasando el monumento en honor a la diversidad, confeccionado en los talleres «Con mi papá, con mi mamá» de L'Escorxador, con la ayuda de adultos y niños. Bajo el título «Totems», sus creadores se se han inspirado en varios artistas que son Betty Baumont, por su mirada amigable con la naturaleza; Agustín Ibarrola, por el trabajo que realizó en el Bosque de Oma; y Constantin Brancusi, en el que se fijaron para recrear una de sus obras, El Beso. Después, llegó el turno del fuego para la hoguera mayor, dedicada a las tradiciones de Elche. Las diferentes escenas del monumento de ocho metros de altura, comenzaron a desaparecer con las llamas. El monumento, financiado por el Ayuntamiento, es obra del taller Hogueras Paco Juan.