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«El legado de Miguel Hernández en Jaén está en las mejores manos posibles»

José Luis Ferris da un paso más y se pone al frente de la Cátedra dedicada al poeta que da nombre a la Universidad de Elche

José Luis Ferris en su despacho de la Cátedra Miguel Hernández. MATÍAS SEGARRA

¿Cómo recibió la noticia de su nombramiento como nuevo director de la Cátedra?

Lo tomé como un reto para mí. Formo parte de la Cátedra desde que se creó y quiero dar continuidad a los proyectos que funcionan y ya están en marcha. Otros se han quedado estancados y han perdido vigencia y también emprenderemos nuevos proyectos. Mi mayor satisfacción es la confianza que ha depositado la Universidad en mí. Trabajaré para que la figura de Miguel Hernández tenga una presencia continua en el mundo académico y no sea sólo algo esporádico.

¿Qué le ha dicho su antecesor, Francisco Esteve?

Llevamos años trabajando juntos y hemos dialogado sobre todo. No ha sido un traspaso complejo, seguiré las mismas líneas que hemos apoyado desde el principio. Participamos en la Senda del Poeta de manera muy activa y contamos con un premio internacional que tiene mucho vuelo. No hemos dejado desde el comienzo de celebrar efemérides, como las de Perito en lunas, Ramón Sijé o Josefina Manresa. Muchas de estas celebraciones se han traducido luego en cursos de verano.

Entre sus propuestas en mente, ¿qué puede manifestar?

Una cosa que tengo clara es que la Cátedra está en Elche y la ciudad tiene que convertirse en el objetivo prioritario de sus actividades. Quiero una colaboración más intensa con Elche, del mismo modo que tenemos que tener una visión universal. Somos la única cátedra en el mundo dedicada a Miguel Hernández y eso tiene que tener una repercusión clara. Nos vamos a tomar muy en serio la realización de los trabajos académicos desde los grados de Periodismo y Comunicación Audiovisual.

Otro aspecto desde el que se está trabajando, en la UMH en general y en la Cátedra en particular, es en la relación con los hispanos de Estados Unidos...

Sí, hemos creado un área para el estudio hispanounidense que debe ser otra ventana al mundo. Hacemos muchos intercambios con las universidades de EE UU, sobre todo con las que estudian el español. Estamos haciendo gestiones para que profesores de EE UU localicen y digitalicen su material relacionado con Miguel Hernández: artículos, reseñas, tesis doctorales? Otro de los proyectos que tenemos en marcha es el estrechar la relación con la Universidad y el Ayuntamiento de Jaén.

Hablamos de EE UU, ¿cuál es el peso de su figura allí?

Su figura allí es muy amplia en cuanto a su carga ideológica. La literatura chicana, que surgió de un desprecio secular absoluto, tiene como referencia a Miguel Hernández. Mi biografía sobre el poeta ha sido publicada este año en EE UU y es una punta de lanza para dar a conocer su vida y, luego, su obra. Queda trabajo por hacer, hay que coger el coto de las universidades para difundir su figura. El instituto hispanounidense puede hacer una gran labor en ese sentido.

¿Y fuera de EE UU?

Está muy presente en México y Argentina, ha tenido mucha fuerza en Latinoamérica. En los congresos hemos hablado mucho de su presencia en el mundo con gente de los cinco continentes. Es una labor lenta. En Francia e Italia se ha producido una recepción inmediata por parte de los hispanistas que ha marcado a los investigadores. Estamos en contacto con todos estos académicos y no lo dejamos de hacer.

¿Qué más se puede hacer para potenciar la investigación y la divulgación?

Encima de la mesa tenemos muchas más cuestiones que pueden fraguar, como publicar una colección de libros dedicados a los ensayos hernandianos, en el que colaboramos con la Universidad de Jaén. También podemos recuperar el premio de cortometrajes y organizarlo mejor, con el objetivo de buscarle una salida comercial para que llegue a los jóvenes. Conseguir la implicación de gente que estudia en las facultades de Filología y Periodismo trae consecuencias muy positivas.

El certamen de poesía también tiene gran importancia...

Económicamente no tiene una gran dotación pero es muy importante. Para los jóvenes es el primer libro que publican en su vida y nos hemos encontrado con poetas que tienen mucho que decir durante los próximos años. Roxana Martínez Bermejo ganó la primera convocatoria en 2015 y ha cambiado su vida. De La Habana se ha ido a EE UU, donde es profesora de arte. O el último ganador, el asturiano Pablo Macho Otero, que le ha dado una vuelta a la poesía comprometida.

¿Qué le parece que el legado no esté en Elche?

Estoy encantado, no ha podido caer en mejores manos. Jaén se lo ha tomado en serio y lo ha digitalizado rápidamente. Da igual que el legado de Miguel Hernández esté en Elche, California o Estambul, porque ahora es de todos. Si quiero consultar un poema suyo, lo puedo hacer en 5 minutos. Han hecho una gran labor y no me importa que esté en Jaén o en una cámara acorzada en Berlín.

¿De dónde nace su pasión por el poeta?

Con 14 años, un profesor me enseñó en secreto los poemas contra Franco, la mitificación de la Pasionaria, los versos a Rusia? Uno de los problemas de su obra es que en España entró tarde, no lo hizo casi hasta que Joan Manuel Serrat le puso música. Recuerdo a aquel profesor diciendo que no me preocupara, que aquello era legal. Y, sobre todo, recuerdo cuando me regalaron el disco de Serrat.

¿Cómo ha resistido la obra del poeta el paso del tiempo?

La prueba más contundente de que era un gran poeta, pese a que muchos dudaran en su época, es lo bien que ha resistido el paso del tiempo. Ocupa un espacio necesario en la literatura española. Los grandes poetas del 27 no supieron cómo utilizar la palabra en la Guerra Civil, y ahí es donde aparece Miguel Hernández, que escribe de manera natural, con viveza y humildad.

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