Llegó a Londres en agosto de 2005 con una maleta, unos cuantos currículums y algo de dinero ahorrado. Su propósito era trabajar lo que quedaba de verano, mejorar su nivel de inglés y regresar poco después a Barcelona para continuar una carrera en el mundo del arte en la que estaba dando sus primeros pasos. Hoy, 13 años después, la ilicitana Ana Belén Martínez ostenta el cargo de coordinadora de exposiciones en el Victoria and Albert Museum (V&A), uno de los museos más importantes de la capital inglesa y, por ende, del mundo.

Su pasión por el arte y su perseverancia le han valido para labrarse un nombre propio en una ciudad tan competitiva como la londinense. La ilicitana es la responsable de las exposiciones temporales que alberga el V&A, un museo que apuesta principalmente por la arquitectura y el diseño, y que acoge muestras con lo mejor de disciplinas como la joyería, la moda o los videojuegos, como la que le tiene ocupada en la actualidad y que se inaugurará en septiembre.

Para la preparación de cada exposición, Martínez coordina equipos que están formados por más de una treintena de personas, entre arquitectos, comisarios y técnicos. La labor de la ilicitana pasa principalmente por dirigir al equipo de trabajo y cumplir los presupuestos, aunque su cometido va mucho más allá: desde la negociación de los contratos de préstamos hasta el registro de todas las obras que llegan al V&A, uno de los museos de mayor tamaño a nivel mundial, pasando por la preparación de seguros, transportes o el montaje definitivo de las instalaciones.

El camino que ha recorrido la ilicitana durante los últimos trece años de estancia en Londres no ha sido nada fácil hasta conseguir una posición con tanta importancia como la que ocupa en la actualidad dentro de la industria del arte. «Con 27 años llegué a Londres chapurreando inglés y la barrera cultural era muy grande. Esta ciudad es muy competitiva y no sé cómo he conseguido llegar hasta aquí cuando echo la vista atrás», rememora antes de añadir: «Claro que tuve momentos de dudas y pensé en volver a España, pero siempre ha habido algo que me ha hecho seguir. Aquí ya no queda nadie de cuando llegué, y superar la famosa barrera de los cinco años fue un momento crítico».

Su trayectoria en los museos londinenses, tras haber estudiado Historia del Arte en València y Barcelona, comenzó en el departamento comercial de la Royal Academy of Arts (IRA). El contrato para seis meses fue pronto renovado y la ilicitana hacía voluntariado los fines de semana en la galería de arte cinético de la academia. Un par de años más tarde pasó a ser ayudante de Exposiciones en el IRA y posteriormente prosiguió su imparable trayectoria como ayudante de comisariado en la Barbican Art Gallery, desde la que dio el salto a su actual puesto gracias a su buen hacer y profesionalidad.

«¿Volver a Elche? Quizá cuando me jubile. De momento, puedo disfrutar de lo mejor de dos mundos tan distintos, y tan cercanos a la vez, como el inglés y el español», afirma como una declaración de propósitos. Su pasión por el arte le ha encumbrado a una posición de privilegio y sigue teniendo muchas ganas de crecer dentro de la industria cultural.