La Policía Nacional ha detenido a dos hombres por vender y comprar pieles de calzado en el mercado negro tras ser robadas de la empresa en la que trabajaba uno de los arrestados.

Los hechos ocurrieron cuando agentes de la brigada de Seguridad Ciudadana que prestan servicio de paisano con motivo del plan de actuación llevado a cabo por parte de los efectivos de la Comisaría de Elche en prevención de robos en los polígonos y naves industriales de la localidad, observaron a una persona apoyada en un vehículo en actitud sospechosamente vigilante mirando con nerviosismo a un lado y otro de la calle mientras mantenía una conversación telefónica.

Dado que la dotación prestaba servicio de paisano y en vehículo sin distintivos y sospechando que algo estaba a punto de ocurrir, realizó una vigilancia discreta sobre esta persona a varios metros de distancia, observando cual iba a ser su próximo movimiento.

No tardó en llegar al lugar el otro arrestado y tras mantener ambos una breve conversación, el primero de ellos abrió el maletero de su vehículo y sacó unas cajas de cartón que previo pago, fueron a parar a manos de la persona que había acudido en segunda instancia.

La destreza de los agentes que vieron en ese movimiento algo sospechoso, hizo que se acercaran hasta estas personas para comprobar que había ocurrido, cogiendo cada uno de los agentes, por separado, a los detenidos para preguntarles y comprobar que era lo que había en las cajas de cartón, encontrándose en cada una de ellas varios metros de telas para la fabricación de calzado.

Al ser preguntados por separado, los arrestados no tardaron en derrumbarse y reconocer los hechos, uno de ellos manifestó trabajar para una empresa y aprovechando su posición de gerente sacaba metros de pieles sin permiso de su jefe para venderlos a otros comerciantes en el mercado negro y sacarse un sobresueldo. Llegó a sustraer en este caso pieles por valor de casi 1.000 euros, según la Policía Nacional.

El otro implicado también reconoció que habitualmente le compraba pieles muy por debajo de su precio pese a tener conocimiento de que las mismas habían sido extraídas de manera ilícita por el vendedor.

Con la confesión de los implicados, los agentes procedieron a su detención del vendedor de las pieles, acusado de un delito de hurto, y al comprador, por un delito de receptación por los que pasaron a disposición del juzgado de guardia.