¿Qué puede contar sobre Alejandro Ramos Folqués?
Es una de las tres figuras fundamentales de la arqueología ilicitana. Aureliano Ibarra ocupó la mitad del siglo XIX, su hermanastro Pedro en el tránsito de centuria fue coetáneo y protagonista del hallazgo de la Dama de Elche y Alejandro ha sido el excavador de un yacimiento que acabó convirtiéndose en una finca agrícola heredada de su familia y que él, por su vocación, excavó y fomentó, dándolo a conocer en el resto de España e incluso internacionalmente.
Su libro ofrece una actualización de datos sobre La Alcudia, ¿qué conclusiones extrae de esta actualización?
Que La Alcudia es mucho más que la Dama. Eso los arqueólogos lo sabemos desde hace mucho tiempo gracias a los estudios y excavaciones de Alejandro Ramos. Él mismo, al final de su vida, llega a esa conclusión porque había sacado de la tierra esculturas ibéricas de gran calidad y vasos excepcionales, únicos en su género. Estas piezas nos están contando la historia remota de Elche si las estudiamos a través de su contexto de aparición, que es la lectura que aporto.
¿Cómo ha sido la labor de trabajar con 20.000 documentos?
Ardua, pero apasionante. Cuando te das cuenta de que en cualquier papel o en una simple cajita donde Alejandro guardaba sus materiales una fecha anotada a lápiz te está ayudando a localizar el lugar de procedencia de unos materiales huérfanos de identidad, es tanta la alegría que das por buenas las tardes y tardes en soledad que has estado pacientemente limpiando y guardando todo ese material.
¿Cuánto tiempo le ha llevado realizar esta investigación?
Lo más costoso fue la recopilación de todos los documentos, tanto fotos, como cartas, telegramas, carretes, vidrios fotográficos, manuscritos... Un conjunto variopinto que he ordenado cronológicamente. Invertí un año en escanear y transcribir los 29 diarios de excavación y sus memorias inéditas, y año y medio me costó la escritura.
Hay quien asegura que su libro supone «poner patas arriba» La Alcudia, ¿es así?
Se puede interpretar así, pero por mi proceso interior, lo veo como todo lo contrario. Ahora está todo ordenado y tiene un sentido y una lógica. Supongo que son las conclusiones finales a las que llego después de ordenar todo lo que sorprende, pues descubres datos y hechos que difieren de algunos de los postulados anteriores, aunque en otros también he descubierto el buen hacer de Ramos como arqueólogo.
¿Estamos más cerca de resolver los misterios de la Dama?
La Dama, siempre la Dama. Pues sí, estoy convencida de ello, porque la investigación continuada en el yacimiento asegura esto, la ciencia al final siempre es la respuesta. Por eso, ahora ya sabemos que era una urna cineraria, por ejemplo, y que contuvo cenizas con huesos incandescentes en su oquedad dorsal, que sus colores son muy antiguos, como el azul egipcio, y que sus abalorios iban revestidos de lámina de oro.
En ocasiones da la sensación de que el yacimiento está de espaldas a Elche, ¿qué medidas se pueden tomar?
Es una cuestión de voluntad. Realmente a día de hoy está muy cerca, hay un carril bici que en pocos minutos te deja a la puerta del yacimiento, pero, claro, al visitante al centro se le tiene que facilitar un medio de transporte como un autobús con cierta regularidad. Esto es una reivindicación histórica que, además, enriquecería enormemente a la ciudad. Un enlace bien señalizado con La Alcudia haría más inmensa y diversa la oferta local.
Como experta en cerámica romana, ¿cuál es la labor que desempeña ahora en La Alcudia?
El trabajo en arqueología es muy interdisciplinar, como le digo a los alumnos: «No solo de excavar vive el arqueólogo». Nuestra disciplina es una labor detectivesca que recoge durante la excavación los restos que yacen en el subsuelo, pero el modo de levantarlos es la clave para poder montar el puzle de la historia. Unas piezas importantes de ese puzle son las cerámicas que con sus formas y características nos hablan del momento cronológico en el que nos encontramos. Desde las etapas prehistóricas hasta la época islámica hay cerámicas muy distintas en La Alcudia.
