La Audiencia Provincial, con sede desplazada en Elche, va a tratar de resolver un caso que data de 2010 y donde se mezclan ingredientes aparentemente contradictorios: afectivos, de cariño, pero también de avaricia, en este caso económica, pero además con un aderezo de abuso de confianza entre las personas.

Una mujer iba a ser juzgada ayer por vender la vivienda de la propietaria, a la que estuvo cuidando durante prácticamente quince años en Torrevieja, y quedarse el dinero sin repartirlo a partes iguales con el hermano de la dueña del inmueble, tal y como está estipulado en la herencia.

El caso es que después de tantos años trabajando para la propietaria, y tal era el cariño entre ambas, la primera decidió instituirla heredera junto a su hermano, según testamento del año 2008. Pero es que, además, el hermano heredero, dada la confianza existente, también le llegó a otorgar a la cuidadora poderes notariales para que vendiera el apartamento en cuestión y se repartieran a partes iguales las cantidades.

La venta llegó a efectuarse en 2010, por un importe de 128.500 euros, pero, y es aquí donde surge el conflicto, la cuidadora decidió quedarse con toda la suma, según se recoge en el escrito del Ministerio Fiscal, que ha solicitado cinco años de cárcel por un presunto delito de apropiación indebida, así como una multa de nueve meses a razón de diez euros diarios.

De igual modo, se pide que se indemnice a la parte afectada (en este caso a los herederos del hermano de la propietaria del apartamento, ya que éste también ha fallecido desde que se iniciaran las acciones penales, según siempre fuentes judiciales) con un importe de 64.250 euros, es decir, la mitad de lo que se obtuvo por la venta de la residencia.

La petición inicial de una pena tan elevada se fundamenta en que se trata de una presunta apropiación indebida, además supera la cantidad de 50.000 euros, y a ello se suma el hecho de que concurriría lo que se denomina legalmente abuso de confianza en las relaciones personales.

Por su parte, desde la defensa, según siempre fuentes judiciales, se expone el hecho de que la acusada pensaba que ella podía quedarse con la vivienda tras hablar con el hermano, el cual le vino a decir que ella podía recibir en propiedad el inmueble siempre que le entregara 20.000 euros.

En cualquier caso, el juicio, previsto para ayer, tuvo que ser suspendido ya que la acusada no se presentó y se alegó que sufría una indisposición mental. A raíz de esto se ha ordenado que el forense la examine para conocer su situación y determinar si se puede retomar el juicio en una fecha que todavía no ha trascendido.