Parte de la sociedad ilicitana, pero sobre todo entre el colectivo de «runners» que lo conocían porque ganaba casi todas las competiciones, no termina de salir de su asombro tras conocerse la detención e ingreso en prisión este fin de semana del atleta de origen magrebí que está acusado de siete delitos sexuales. En concreto, pesa sobre él una agresión sexual a una menor de 16 años, tres abusos a menores de 16 años, dos agresiones sexuales a una adulta y un abuso sexual a una mayor de edad.

Su modo de proceder, según fuentes judiciales, consistía, en la mayoría de los casos, en seguir a la víctima hasta su urbanización. Colarse en ella, coincidir con la joven en cuestión en el portal del inmueble por casualidad y, una vez dentro del ascensor, aprovechar este espacio cerrado para abordarla por sorpresa y realizar tocamientos y otro tipo de actos. No obstante, también realizó abusos o agresiones sexuales en la vía pública, según las mismas fuentes.

En cualquier caso, en la mayoría de ocasiones la víctima conseguía zafarse, aunque otras muchas de ellas no habrían denunciado por distintos motivos. Sin embargo, sí hubo una que en mayo del pasado año fue la primera en dar el paso. Y la última, este mismo mes, apenas hace unos días, lo que precipitó finalmente su arresto el pasado miércoles.

La declaración de un testigo en este último delito fue fundamental. Vio que se había bajado de un BMW. Esto dio pie a que efectivos de la Policía Nacional de Alicante montaran un dispositivo de vigilancia, con el fin de localizar al ahora encarcelado en un vehículo de dicha marca. Tras ser detectado, comprobaron que el presunto delincuente merodeaba por la zona de Vistahermosa y por la playa de San Juan de Alicante. Al volver a su residencia en Crevillent, lo detuvieron en la autovía, en Elche.

Todas las víctimas lo han reconocido a través de las grabaciones de cámaras de establecimientos próximos o de las propias urbanizaciones. También, gracias al posicionamiento de su móvil, se ha comprobado que estaba en la zona y franja horaria de muchas de las denuncias.

Solo por una agresión sexual a un menor son de 4 a 10 años de cárcel, lo que da una idea del tiempo que puede pasar en la cárcel en el caso de que sea condenado.