Las malas hierbas y las basuras se amontonan en el Hort de la Veleta desde hace varios meses, lo que genera un profundo malestar entre los residentes en el barrio de Portes Encarnades. Los vecinos reclaman más cuidados para los jardines y las palmeras de este huerto ilicitano, ya que muchas de ellas se están secando y es difícil encontrar una zona de sombra. Cada vez les cuesta más disfrutar de este popular entorno y la situación se vuelve peor, si cabe, cuando cae el sol y este enclave abandonado se convierte en un punto de encuentro ideal para las gamberradas.

Las basuras amontonadas que se ven a plena luz del día y la inseguridad que sienten los vecinos durante la noche por el temor a la delincuencia han llevado a muchos de ellos a buscar otras zonas de Portes Encarnades para pasear con sus mascotas. «Aquí han venido tradicionalmente los turistas a ver las palmeras y mucha gente que hace deporte pasa por este lugar. La imagen que se llevan todos ellos es peor cada día que pasa», lamenta el presidente de la Asociación de Vecinos del Barrio, José Gracia.

Al margen de que las zonas de sombra son muy codiciadas y van escaseando, otro aspecto que contribuye al malestar es que la zona apenas cuenta con cuatro bancos. «Nos prometieron que pondrían doce bancos y sólo tenemos cuatro, y no hay ninguna mesa. Esto supone un agravio para nosotros en comparación al centro de Elche», añade Gracia. A sus quejas se suman otros vecinos, como es el caso de Paqui Fernández, que asegura que hace más de un año que envían mensajes al servicio de WhatsApp habilitado por el Ayuntamiento y la única respuesta que reciben siempre es que la queja se ha trasladado a Parques y Jardines, sin que haya ninguna solución.

Un muro desconchado y lleno de pinturas da la bienvenida al Hort de la Veleta a los visitantes y una de las tuberías destinadas al riesgo ha provocado un agujero que puede dar paso a más de un disgusto. Todo ello precede a un parque, en principio infantil, en el que la única papelera que hay está destartalada. En esta zona de juego apenas aparecen padres y madres que lleven a sus hijos y sí que se puede ver a jóvenes que acuden a hacer botellón y que luego dejan restos de botellas, vasos, bolsas de plástico y hasta, según los testimonios, preservativos usados.

Otra de las reclamaciones que llevan haciendo desde hace tiempo los vecinos es la de la habilitación de un parque para perros, como los que hay en otros enclaves ilicitanos, un asunto sobre el que tampoco han obtenido una respuesta satisfactoria hasta la fecha. La demanda de esta zona para los canes se une a otras que llevan esperando décadas, sobre todo la de un polideportivo que incluya una piscina para poder disfrutar de ella durante los meses en los que hay más calor.