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Dolan: «En menos de 20 años llevaremos chips para leer o para comunicarnos»

El congreso «Rumbo a la empresa del futuro» ha traído a Elche al israelí

Dolan: «En menos de 20 años llevaremos chips para leer o para comunicarnos»

Tanto el congreso que le ha traído a Elche como el libro que presenta hablan del trabajo del futuro, ¿hacia dónde vamos?

El mundo está cambiando muy rápido y empresas, universidades y personas no estamos preparadas. Necesitamos una brújula y los valores y las ideas nos pueden ayudar mucho. En 2008 escribí mi primer libro sobre el futuro y algunas de las predicciones que considerábamos más descabelladas, como la de una crisis migratoria en Europa, se han cumplido. O la explosión nuclear que tuvo lugar en Japón. Desde ahora hasta 2040, el sector laboral tendrá un cambio brutal. La manera actual de entender el mundo del trabajo, ya forma parte del pasado. Incluso la definición de empleo.

¿En qué sentido va a cambiar la forma en la que entendemos el trabajo y el empleo?

Hay varios criterios que están transformando el mundo. Uno es la revolución digital. Hace poco más de diez años no teníamos teléfonos inteligentes. Conocí a Steve Jobs en Boston y ni siquiera él era consciente de lo que había inventado. Ya estaba muy orgulloso con el Macintosh. Casi todo el trabajo que haremos será virtual y los robots se encargarán del resto. Nosotros pondremos la capacidad intelectual hasta que la inteligencia virtual se equipare a la biológica.

¿Cuándo estima que se darán estás circustancias?

En menos de 20 años. Parecen ideas de Julio Verne, pero estoy convencido de que llevaremos chips para leer o comunicarnos con otras personas. Tendremos que inventar términos que aún no existen. Uno de ellos es el de cyberness, que vendría a ser como «estado de futuro positivo» y que utilicé en un libro que publiqué hace un par de años. Estoy harto de escuchar que las máquinas van a sustituir a los seres humanos. Todo va a cambiar, lo que no quiere decir que no podamos soñar con un futuro mejor.

La revolución digital es uno de los criterios del cambio, ¿cuáles son los otros pilares?

Otro es la globalidad. Si en el trabajo sólo piensas a nivel local, estás muerto. Tus clientes están en todo el mundo. Tenemos que abrir nuestra mente, por eso se ha acuñado el término «glocal». Ahora España ha acogido inmigrantes, en cualquier momento esos inmigrantes podemos ser nosotros y hay que estar listos para ello. No se puede estar en contra de la globalización. Y luego hay un tercer criterio que es el más importante de todos.

¿Cuál es este tercer criterio?

El de la creatividad y la innovación. Tenemos que estar creando siempre, porque lo que ahora funciona dura poco tiempo. Los discursos cambian cada año. Hay que estar constantemente aprendiendo y desaprendiendo. Cuando dominas la versión 3.1 de algo, seguro que ya ha salido la 3.3. Mi mujer, por ejemplo, no quería cambiar su móvil. Ahora, se mueve como pez en el agua por las redes sociales.

Al margen del trabajo, también hemos hablado de cambios en el concepto de empleo...

Si utilizamos en el futuro la forma actual de medir el empleo, será deprimente, porque el 70% de la población estaría desempleada. Habrá muchos más autónomos que ahora. Ya estamos viendo que a los jóvenes no les atrae trabajar en grandes empresas. No existe lealtad, hay una cultura del divertimiento y no hay miedo a la inseguridad. Saben que van a cambiar de empleo cada quince años como máximo.

Al margen de estas cuestiones, como israelí debo preguntarle por el conflicto de su país...

La situación cada vez es peor y ahí también tenemos que utilizar la creatividad para encontrar una solución. Estamos hablando de dos pueblos que tienen derechos y todo depende de en qué momento se empiece a contar la historia. La población está cansada y todos queremos un final.

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