Lo que se había vendido como uno de los proyectos estrella del mandato ha dejado de estar entre las prioridades del Ejecutivo municipal de Elche. La peatonalización de la Corredora ya no está en la lista de iniciativas claves del tripartito, pese a haber superado los tres años al frente del Ayuntamiento e iniciar la recta final del mandato. Algo sobre lo que ayer rindieron cuentas los socios de Gobierno.

Entre las preferencias de aquí a las elecciones municipales estará la ampliación del Parque Empresarial, el campus tecnológico, la conexión del Vinalopó con el Pantano, la puesta en marcha de los fondos europeos Edusi, la licitación del nuevo servicio de limpieza, la depuradora y el Plan Edificant del Consell para la mejora y construcción de centros educativos en Elche. Esas son las principales prioridades que ayer enumeraron desde el tripartito, sin mencionar la Corredora en ese listado.

Únicamente, el alcalde, Carlos González, se refirió a este asunto como un proyecto que sigue estando en la agenda de trabajo del Gobierno municipal. Y es que, tras tener que dar marcha atrás con la peatonalización por la presión política y vecinal, ahora los planes para la arteria principal del centro se han detenido para buscar un consenso y tratar de relanzar lo que llegó a estar entre los primeros objetivos del Consistorio ilicitano.

Algo parecido ocurre con otros dos asuntos enquistados como son el Mercado Central o el hotel de Arenales, que, pese a que su resolución no depende directamente del Ayuntamiento, el tripartito tampoco dio plazos sobre cuándo se aclarará la situación. De lo contrario, los socios de Gobierno sí que pusieron el foco en impulsar otras iniciativas, también ajenas a las competencias municipales, como lograr la cesión de la Dama en 2019, completar la Ronda Sur y la llegada del AVE a Elche. De hecho, el alcalde, Carlos González, habló de lanzar una «ofensiva» al Gobierno de Pedro Sánchez para lograr estas reivindicaciones.

El refuerzo de las políticas sociales, la reducción de la deuda municipal, la creación de empleo y la recuperación de siete edificios públicos fueron las bondades de estos tres años de Gobierno municipal, resaltadas ayer por el primer edil. La portavoz de Compromís, Mireia Mollà, describió el mandato como el del «rescate y de la reconciliación». Se refirió a la prioridad de ayudar a las familias más vulnerables y a recuperar las relaciones entre el Ayuntamiento y la sociedad civil. De nuevo, los tres socios «vendieron» unidad y cohesión, e incluso sacaron pecho de que llegarán juntos hasta el final del mandato.