Los conflictos internos en la delegación de la Unesco de Elche han acabado dejando a la ciudad sin una asociación que tenía como fin trabajar en la ciudad para promover los Patrimonios de la Humanidad. Los problemas no solo han acabado en los juzgados, sino que han llegado ya hasta las altas esferas del organismo internacional. La Comisión Nacional Española de Cooperación con la Unesco, dependiente de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, ha retirado la acreditación al centro Unesco Comunidad Valenciana, cuya actividad se dirigía desde el municipio. No solo ha desacreditado a la delegación ilicitana, sino que la entidad nacional ha pedido cesar todas las actividades y que dejen de utilizar el logo, el nombre y el distintivo de la Unesco en cualquier soporte. A esta orden se suma otra. Y es que el organismo también les ha comunicado la obligación de dirigirse al registro de asociaciones donde se encuentra inscrita la organización para retirar el término Unesco.
Así de contundente se expresa el organismo de enlace que sirve de vínculo entre esta organización internacional y la sociedad civil. Se ampara en que «la grave situación» en la que se encuentra la asociación con sede en Elche les obliga a retirarles la acreditación.
Tras este varapalo para el centro Unesco Comunidad Valenciana, el Ayuntamiento también ha realizado una maniobra y en las últimas semanas ha decidido retirarles el espacio que les habían cedido hace algo más de un año para realizar actividades en el Museo del Palmeral. La idea era que estuvieran allí durante cuatro años. El tripartito alega que la asociación ha incumplido con una de las cláusulas del acuerdo que pasaba por realizar actividades divulgativas como compensación para la ciudad a cambio de esa cesión del local. Sin embargo, desde el Consistorio ilicitano aseguraron que el centro Unesco nunca realizó ninguna de esas acciones acordadas en más de un año y medio.
Al parecer, las diferencias entre los integrantes del colectivo ha motivado el cierre de la delegación ilicitana, tras más de una década de existencia en el municipio. Tanto es así que, según fuentes cercanas al organismo, hace un año y medio la junta directiva decidió destituir a su anterior presidenta, Mercedes Sainz, a pocos meses de completar su mandato, e Hiris Carrasco es la que ha estado desde entonces al frente de la asociación.
Los problemas internos y los desacuerdos entre sus integrantes tras la cesión del espacio municipal también precipitaron, al parecer, el enfrentamiento en el centro Unesco. Ahora, la destitución de su anterior representante ha llegado incluso a los juzgados y está a la espera de que este mes pueda celebrarse una vista para tratar de poder resolver el lío interno y a partir de ahí ver si la organización puede recuperar el distintivo.
Desde el Ayuntamiento, la concejal de Cultura, Patricia Macià, puso en relieve la importancia de que se aclare la situación para que Elche recupere el centro Unesco con el objetivo de fomentar y divulgar los Patrimonios de la Humanidad, además de realizar actividades.
