El tira y afloja que mantienen la Universidad Miguel Hernández (UMH) y la Fundación Caja Mediterráneo desde hace más de un año por el Aula de Cultura de la Glorieta está más cerca de resolverse, con un acuerdo satisfactorio para las dos partes. Ambas entidades han recurrido a un tasador externo para que haga una valoración del inmueble, acorde con los actuales precios del mercado, que facilite una operación con la que la UMH pasaría a tener una sede en el mismo corazón del núcleo urbano de la ciudad ilicitana.

Desde la Universidad han dejado patente en reiteradas ocasiones que su deseo es contar con este espacio en plena Glorieta, y no han dudado en retomar unas negociaciones que a principios de año se encontraban bastante alejadas. Una tasación solicitada por la propia Fundación Caja Mediterráneo cifró el precio del inmueble en cinco millones de euros, una cantidad bastante alejada de la propuesta inicial de la UMH, que se situaba en una cifra cercana a los dos millones y medio de euros.

La institución académica no está por la labor de pagar el precio que, en un primer momento, solicitaba la Fundación Caja Mediterráneo, ya que, al margen de la compra, posteriormente tendrá que acometer una importante reforma del interior del inmueble para poder llevar a cabo en él unos planes que pasan por acercar la cultura y sus diferentes cursos al centro de Elche. La UMH es consciente del valor de los metros cuadrados en las fincas de un lugar tan señalado, pero no quiere afrontar una operación tan elevada cuando en su campus, eso sí, puede construir edificios mucho más equipados por un coste similar.

Las fuentes consultadas aseguran que esta operación la están llevando, prácticamente de forma personal, el rector de la UMH, Jesús Pastor, y el presidente de la Fundación Caja Mediterráneo, Luis Boyer. Junto a ellos, una de las figuras clave en este escenario y que más está haciendo para que la compraventa llegue a buen puerto es el presidente del Consejo Social de la Universidad, Francisco Borja. El empresario ilicitano lleva un año en funciones en su cargo y quiere despedirse haciendo realidad el sueño de que la institución académica cuente con un espacio propio en uno de los lugares más emblemáticos de Elche.

El Ayuntamiento, por su parte, sigue este proceso con cierta distancia, aunque también ha dejado patente que quiere que el Aula de Cultura se acabe convirtiendo en sede universitaria, ya que ello contribuiría de manera decisiva a dinamizar las actividades en el centro de la ciudad. Los cursos estivales e invernales atraerían a cientos de jóvenes y mayores a las principales calles de Elche, algo que sería muy positivo sobre todo en verano, época en la que más se echa en falta el movimiento de personas.

El inmueble de la Glorieta es muy codiciado, ya que, al margen de su excelente ubicación, cuenta con tres plantas, para un total de 3.000 metros cuadrados, que en breve pueden acoger cursos, seminarios y jornadas.