?Manuel Martí, estudiante de violín, asegura que no compra, por ejemplo, productos de cuero o hechos con lana, y que para él no es tan complicado encontrar género. «Hay bastantes opciones, aunque a veces no me he podido comprar unos zapatos que me gustaban porque llevaban una parte de cuero». En cualquier caso, sigue sin entender «por qué se fabrica en cuero habiendo materiales sintéticos que son iguales estéticamente. Creo que para las marcas sería bastante fácil sustituir estos componentes y abrir más el abanico de opciones veganas», señala este joven.

A los ojos de Andrea Torres, alumna de Medicina que se está preparando el MIR, si la industria apostara mucho más por el calzado vegano, los precios serían más económicos. Pero, además, pone también el acento en el innecesario sacrificio de animales que hoy por hoy tiene lugar en «pro» de la moda. Manuel Martín opina lo mismo y considera que este patrón suyo de consumo obedece sobre todo a una cuestión ética: «Es una forma más de dejar de contribuir a la explotación industrial de animales».