Un vino tan malo que no se ha podido certificar que sea apto para el consumo. La Guardia Civil ha intervenido en Elche 20.000 botellas de vino tinto tras la denuncia de un hombre que compró 10.000 unidades, y denunció ante la Benemérita que el vendedor había desaparecido tras reclamarle la devolución de los 6.500 euros abonados. Su calidad era ínfima, muy lejos del «buen vino de reserva» ofertado, y solo había logrado recuperar unos 4.300 euros.

Y es que la Benemérita descubrió que la supuesta bodega donde se almacenaban los caldos era en realidad el sótano de un taller mecánico, donde se guardaban en condiciones poco salubres y con graves carencias de etiquetado que impedían establecer su origen.

Por todo ello, la Guardia Civil investiga en Elche a dos personas, un hombre de 73 años y una mujer de 51, ambos españoles, por los presuntos delitos de estafa y un delito contra la salud pública. Tenían almacenadas y preparadas para la venta por internet las 20.000 botellas de vino no apto para el consumo que han sido intervenidas, en la planta subterránea de un taller oficial de reparación y venta de vehículos, según informó ayer la Comandancia de Alicante.

La investigación la inició la Guardia Civil de San Vicente del Raspeig a raíz de la denuncia de una persona que había comprado 10.000 botellas de vino de una conocida bodega de Yecla (Murcia), que al recibirlas y proceder a su cata, eran de una calidad tan mala y tan lejos de lo que ofrecía la marca, que decidió devolverlas. Sin embargo, sólo recuperó dos tercios de los 6.500 euros que habían costado las botellas antes de que el vendedor desapareciera. El precio por botella vendida al por mayor era de 1,5 euros.

El primer paso de los agentes fue realizar un análisis del vino recibido, que reveló que no procedía de la bodega murciana. Además, tenía numerosas carencias relacionadas con el etiquetado, como que no existía registro del envasador ni del embotellador, la falta del número de lote o información sobre los alérgenos. Es más, de este vino ni siquiera se pudo certificar que fuera apto para el consumo, pero a pesar de ello, era ofertado como un buen vino de reserva. Debido a estos datos alarmantes, los investigadores tuvieron que actuar con celeridad antes de que se siguieran vendiendo más botellas.

El estudio de la página de internet desde la que se comercializaba el vino fue suficiente para que la Guardia Civil identificara a los posibles autores de la estafa, pero faltaba localizar el lugar donde podían tener almacenado todo el vino. Las pesquisas, lejos de conducir a los investigadores hasta una bodega, les llevaron hasta un taller oficial de reparación y venta de vehículos en la localidad de Elche, un comercio poco relacionado con cualquier actividad vinícola.

Inspección

Hasta allí se desplazaron los agentes de San Vicente que, junto a componentes del Seprona de la Guardia Civil, procedieron a la inspección de la planta subterránea de este taller, donde contabilizaron hasta 20.000 botellas de vino almacenadas en condiciones poco salubres, junto a los residuos de varios vehículos, repartidas por el suelo en cajas de 3, 6 y 12 botellas.

La Guardia Civil de San Vicente ha procedido a la investigación de estas dos personas como presuntos responsables de un delito de estafa y un delito contra la salud pública. Por su parte, el Servicio del Seprona de la Guardia Civil, levantó acta administrativa por una posible infracción en materia de sanidad y consumo, por tener almacenado de forma irregular, un producto alimenticio en un lugar inadecuado para ello.

Las 20.000 botellas han sido intervenidas y puestas a disposición de las autoridades competentes, continuando las investigaciones relativas a la procedencia original del vino.