Una mujer de 86 años de edad fue hallada muerta ayer en su domicilio, en la calle Hermanos González Selva, en Carrús, en avanzado estado de descomposición, al llevar cerca de siete meses fallecida, según trasladaron ayer fuentes de emergencias. La denuncia partió de los propios vecinos del inmueble, que llevaban meses sin saber de ella, desde que el pasado mes de octubre tuviera que ser rescatada por los bomberos al sufrir una caída en su casa, según relataron ayer varios testigos. Al poco tiempo de volver del hospital, le perdieron la pista. En el inmueble, además de la fallecida, vivían otras dos familias, que fueron las que dieron la voz de alarma ante las autoridades.

La semana pasada, cuentan los vecinos, se personó en el inmueble una patrulla de la Policía Local de Elche, tras una llamada de los residentes. Trasladaban de ese modo su sospecha de que podría estar en el interior del piso, al detectar en algunas ocasiones un fuerte hedor. Sin embargo, los agentes locales no encontraron nada extraño, y, sin una denuncia de un familiar o alguien cercano, no podía acceder a la vivienda.

«Le perdimos la pista tras caerse en octubre. Pensamos que se podía haber ido a una residencia, pero nunca imaginábamos esto», apuntó una vecina. Las sospechas comenzaron cuando, hace varios días, los pocos residentes del edificio tuvieron que arreglar el ascensor. «Había dejado de pagar la comunidad, y no había dinero. Hace poco vinieron a cerrar su contador del agua, al parecer por impago. Era todo muy raro. Tocamos, y nadie abría. Fue cuando comenzamos a sospechar, y poco después ya empezamos a notar el olor», añadió la vecina. Tras la visita de la patrulla de la Policía Local, relató esta mujer, «decidí ponerme en contacto con una hija suya que vive cerca, aunque no se hablan desde hace muchos años».

Comisaría

Fue la hija quien, entonces, interpuso la denuncia en la Comisaría de la Policía Nacional, para autorizar a que entraran en el domicilio. La patrulla requirió entonces la presencia de los bomberos del Parque Comarcal del Baix Vinalopó para acceder por el balcón. El dispositivo llamó especialmente la atención de los vecinos y viandantes, ya que accedieron con el traje de riesgo biológico, por lo que pudiera haber en el interior de la vivienda.

Como esperaban, desgraciadamente, dentro del inmueble se encontraba el cuerpo sin vida de la mujer, en avanzado estado de descomposición, y el hedor era palpable. El cadáver estaba tendido en la cama, en su habitación, y el hecho de que no hubiera muchas ventanas abiertas ha hecho que, hasta ahora, no fuera percibido por los residentes de alrededor. El hecho de que no se hablara con sus dos hijos -tenía otro, ya fallecido- hizo que nadie de su familia la echara de menos durante todos estos meses.

El caso recuerda al que ocurrió hace unos días en València, cuando se encontró un cadáver momificado de una mujer que llevaba cerca de cuatro años fallecida. En esta ocasión, en lugar de la descomposición habitual, se había momificado de forma natural, según las autoridades.