Un panal de avispas puso ayer en jaque a los bomberos del Parque Comarcal del Baix Vinalopó de Elche. El nido, localizado en una palmera del colegio San Rafael de Elche, movilizó durante varias horas a una unidad, ya que no se trataba del típico enjambre de abejas, con el que los bomberos están acostumbrados a lidiar. En un primer momento, y dadas las características de estos ejemplares, se pensó que se trataba de las conocidas como avispas asiáticas, que ya están causando estragos en el norte del país, ya que su aguijón es capaz de atravesar los trajes de apicultor, por lo que se hubiese requerido una indumentaria extra para poder capturarlas. No obstante, el sargento del Parque de Bomberos vio unos puntos característicos de otra especie. Además, el enjambre se encontraba junto a una palmera en el centro docente, en tierra, algo poco habitual en las avispas asiáticas. El trabajo entonces se centró en conseguir capturar a un ejemplar para analizarlo y poder así salir de dudas.

Tras lograr coger a una avispa, los efectivos de emergencias comprobaron que finalmente se trataba de un panal de una especie de avispas conocidas como Megascolia maculata. Se trata del ejemplar más grande de Europa, y que puede alcanzar los cinco centímetros de longitud. A diferencia de la avista asiática, estos ejemplares no son ofensivos, y no atacan al ser humano a no ser que se sientan amenazados.

Así, los bomberos procedieron a capturar el panal con los procedimientos habituales. La duda estuvo entonces en si, como ocurre con los panales de abejas, que son una especie protegida, había que tramitar con la Generalitat algún permiso especial o cesión para su conservación.

Al margen de la anécdota, lo cierto es que este suceso movilizó durante horas a los efectivos del parque, dado que se trata de una especie poco habitual con la que no están acostumbrados a trabajar, y que requirió de tiempo de investigación para dar con la especie exacta ante la que se encontraban, para saber cómo tratarla y si suponía algún tipo de riesgo.

El gran tamaño de estas avispas también causó sensación entre la comunidad educativa del centro, ya que no habían visto ejemplares tan grandes, y se desconocía si eran peligrosos por su picadura, si bien finalmente se comprobó que no se trataba de ejemplares especialmente agresivos con el ser humano.

Lo cierto es que las actuaciones de los bomberos por la presencia de panales de abejas se han convertido en una constante en las últimas semanas. Con la llegada de la primavera es habitual la expansión de estos insectos en numerosos lugares de la ciudad, que motivan la actuación de los bomberos al poner en peligro la seguridad de las personas. Así, en el último mes, han tenido que actuar en el espejo retrovisor de un vehículo, que quedó completamente invadido por un enjambre, en árboles de colegios de toda la ciudad donde habían construido un panal, y hasta en el camping de La Marina, donde hubo que desalojar hasta a 500 personas en la zona de la piscina para conseguir retirarlo.

En todas las ocasiones se actúa siguiente el mismo criterio. Se captura el panal, con la aplicación de feromonas, y se deja unas horas hasta que las abejas que hayan salido para obtener comida regresen, con el fin de capturarlas a todas. Después se entregan siguiendo los protocolos establecidos por la Conselleria, ya que se trata de una especie protegida y necesaria para mantener el ecosistema.