La primera picadura de carabela portuguesa de la que se tiene constancia en la provincia, registrada el pasado domingo en la playa de La Marina ha puesto el foco en la ya conocida peligrosidad de este tipo de ejemplares, que causa un dolor mucho más intenso que el de las medusas convencionales. El niño de once años que recibió esta picadura tuvo que ser atendido en el Hospital General de Elche debido a ese intenso dolor que, según asegura, se prolonga días después. Y es que, aunque la presencia de carabelas portuguesas está copando la actualidad de las últimas semanas, no es el único animal marino cuya picadura puede llevar a la víctima al hospital.

Si bien es cierto que en la inmensa mayoría de casos la atención médica a pie de playa por parte de los socorristas es suficiente, desde el Hospital General de Elche señalaron ayer que cerca de un 20% de las picaduras de las múltiples especies marinas que habitan en las playas de la provincia acaban siendo atendidas en los centros hospitalarios. Las complicaciones más frecuentes están relacionadas con reacciones alérgicas, que originan un dolor intenso que no es posible tratar con los analgésicos y tratamientos habituales. Así, se termina en Urgencias por la aparición de efectos secundarios, como fuertes bajadas de tensión, debido a las sustancias tóxicas que desprenden estas especies.

Aunque las picaduras de medusas son las más frecuentes -la carabela portuguesa no es considerada como tal, y por eso recibe el nombre de «falsa medusa»- son las de pez araña o erizos las que más dolor causan y, por tanto, las que más acaban en las consultas médicas. El año pasado, la media se situó en unas 20 atenciones al mes en las Urgencias del Hospital General durante el verano. Por otra parte, desde el Hospital del Vinalopó señalan que las cifras por picaduras de especies marinas en cuanto a la atención en Urgencias del centro hospitalario es muy baja, y no se mantiene una serie fija a lo largo de los años. Así, el pasado verano tan solo se atendieron dos, mientras que en 2016 la cifra se elevó a 10. El jefe de Urgencias del Hospital del Vinalopó, Blas Giménez, apunta que la mayorías de casos se tratan a pie de playa o incluso en los centros de salud, sin llegar al hospital. Tan solo sería necesario ese traslado cuando se trate de «alguna reacción alérgica muy fuerte, o el dolor sea muy intenso», señaló ayer el doctor Giménez

Abejas y avispas

Y es que, a nivel médico, la picadura de estos animales no deja de ser como la de una abeja o una avispa. En algunos casos, produce reacciones alérgicas que precisan atención médica urgente, mientras que en la mayoría de situaciones no causan más complicación que la molestia y el dolor para la persona que la sufre.

No obstante, en lo que respecta a la carabela portuguesa, sí se precisa una atención extra, ya que, como señala el doctor Giménez, «puede llegar a presentar cuadros más importantes en población de riesgo, ancianos y niños. En estos casos puede producir un shock por el dolor que, si se produce dentro del mar, puede llegar a incapacitar el nado del bañista».