El Ayuntamiento de Elche ha decidido suprimir las jardineras no solo del puente de Altamira, sino también las del Ferrocarril, al detectar sus técnicos que el agua que se utilizaba para regar terminaba finalmente por verterse al firme, filtrarse por el hormigón y, en consecuencia, dañar la estructura de estos puentes. El concejal de Mantenimiento, Héctor Díez, explica que el agua sobrante de las plantas estaba deteriorando y dañando los tableros de ambos viaductos por el que circulan los vehículos y que, para evitar males mayores futuros, se ha decidido retirar estos elementos verdes decorativos. Díez recuerda que en diciembre de 2016, al renovarse el carril bus, con un desembolso de 10.000 euros, se encontró que bajo el asfalto había agua acumulada que estaba provocando daños al propio firme.

Las jardineras del puente de Altamira, que en varias ocasiones han aparecido con algunos daños por parte de gamberros durante los fines de semana, se retiraron el pasado jueves por parte del personal de Parques y Jardines.

Ayer, operarios de Mantenimiento estaban trabajando en uno de los lados del puente para reparar algunas de las filtraciones, tapar los parterres y colocar una especie de cubierta de dos aguas para evacuar el agua procedente de las precipitaciones. Estas labores se repetirán en el otro lado del puente.

Héctor Díez añade que, aprovechando estos trabajos, se van a pintar estos remates superiores en un tono gris claro. De forma paralela, se van a reparar los guardarraíles, que presentan un cierto deterioro, además de recibir una mano de pintura.

En el caso del puente del Ferrocarril, solo una de las bandas cuenta con maceteros de obra, los cuales, desde hace mucho tiempo, carecen de plantas, y también serán tapados.

Algunos peatones que caminaban por el puente de Altamira manifestaban que no se habían dado cuenta de la eliminación de estos pequeños espacios verdes. Otros, en cambio, no entendían por qué los habían quitado y confiaban en que pusieran próximamente otro tipo de adorno floral en este enclave.

Las voces más críticas apuntaban ayer que esto tampoco es que sea un punto a favor de cara a esa ansiada Capital Verde Europea en 2030, que no entendían cómo a estas alturas de la vida no hay una solución técnica para poder compatibilizar puntos verdes aquí y que, en cualquier caso, esta medida afea un poco más este viaducto, uno de los más utilizados no solo por los vehículos, sino también por los ciudadanos.