Los desprendimientos vuelven a la basílica de Santa María. El templo del Misteri ha perdido parte un pedazo de su fachada. Se trata de varios fragmentos situados junto al acceso principal al inmueble religioso, donde hace décadas ya se realizó una restauración. El desconchado que presentan las paredes, junto a la Portada Mayor de la basílica, precisamente una de las zonas que más atención despierta, ha vuelto a poner en evidencia la necesidad de un mayor mantenimiento de este Bien de Interés Cultural.

Tras este incidente, el arquitecto encargado de la conservación del templo ilicitano, Antonio Serrano Brú, acudió ayer mismo a comprobar en primera persona el alcance de los desprendimientos. Apuntó a la caída del zócalo y a la humedad como el factor principal que ha podido motivar la separación de las piezas.

No obstante, pese a que salta a la vista que hay más de un pedazo desencajado, el arquitecto descartó ayer la existencia de mayores riesgos de caída o de peligro para los transeúntes, ya que la zona afectada se encuentra a una altura media, muy cerca del suelo. También ayer, al enterarse del percance, desde el templo ilicitano se comprobó el área dañada y se apuntó a la necesidad de más fondos para la restauración de la fachada, sobre todo, en aquellos puntos más castigados y que se encuentran incluso protegidos por redes para prevenir de la caída de cascotes en la vía pública. Ejemplo de ello son la portada de San Juan o la del Santísimo.

Y es que no quedan tan lejos en el recuerdo los desprendimientos que se produjeron hace algo más de una década, cuando tuvieron que acudir incluso los bomberos a sanear la fachada. En aquel entonces cayeron cornisas de la parte trasera del templo sobre la calzada. Después, en el año 2008, la Conselleria de Cultura y la Fundación Manuel Peláez acometieron una restauración en la basílica, la última realizada hasta ahora, según señalaron desde el templo ilicitano. La intervención se realizó en la Puerta del Sol y costó 100.000 euros.

Sin embargo, a la falta de una mayor conservación del inmueble se suma también otro problema: la erosión que generan los excrementos de las palomas, cuya presencia es una tónica más que habitual en los muros de Santa María últimamente.

Un millón de euros es la cifra que hace falta para la reforma del templo del Misteri para dejarlo en un excelente estado de conservación, según un informe elaborado por el arquitecto conservador de la basílica hace ya ocho años. Después de la última restauración de la basílica, el experto hizo una radiografía de todos los daños que acumula el inmueble y ya advirtió de la necesidad de actuar en las cornisas, pináculos y antepechos de la Capilla de la Comunión, que recae en la plaza Santa Isabel. También puso el foco en las portadas de San Juan, la del Santísimo y la del Órgano. En aquel momento, Serrano también hizo referencia a la humedad como principal causa del deterioro y a la piedra arenisca utilizada en algunas áreas. El informe fue entonces remitido al Ayuntamiento, a la Generalitat Valenciana y a la Iglesia.