Vecinos de La Marina han vuelto a la carga contra el Plan de Acción Territorial recientemente aprobado por el Consell, y lo han hecho de la mano de toda la oposición. La plataforma constituida en la pedanía ilicitana contra el Pativel ha cerrado filas con el PP, Ciudadanos e llicitanos por Elche para presionar al tripartito y reclamar que recurra el plan con el que se pretende aumentar la protección del litoral y frenar el desarrollo urbanístico en la partida rural.

El colectivo se ha aliado con la moción que presentarán los populares en el próximo pleno y que contará con los apoyos de la bancada de la oposición, por lo que, salvo imprevistos, podría salir adelante al contar con mayoría. Otra cosa será lo que luego haga el equipo de gobierno con la propuesta, ya que, pese a obtener luz verde por el pleno, no es de obligado cumplimiento y a eso es lo que se ha aferrado el tripartito en los últimos meses con otros asuntos.

De cualquier manera, la oposición pretende aprovechar ese paso atrás que ha dado PSOE y Compromís con la Corredora, ante la presión política y vecinal, para hacer recapacitar al equipo de gobierno con el Pativel. Precisamente, así lo destacó ayer la Plataforma por el Futuro de La Marina, constituida hace un año con más de un centenar de vecinos. Rodeados de los portavoces de la oposición, sostuvieron que el plan del Consell, que pretende frenar la especulación urbanística y ha contado con la aprobación de las universidades, lastrará el desarrollo de la pedanía.

Los integrantes de esta plataforma denuncian que con el Pativel uno de los sectores urbanísticos de La Marina que consideran clave, el MR-10, se quedará con menos de 100.000 metros cuadrados para urbanizar, de los 450.000 que tiene. Y es que en esa zona estaban proyectadas más de un millar de viviendas, una parcela hotelera y otra de dotaciones públicas para crear un paseo, entre otras infraestructuras.

Ahora, con la protección que se le ha dado a este sector, aseguran que es inviable cualquier inversión al quedar la extensión considerablemente reducida y reclaman un tratamiento similar al que ha tenido el Consell con Guardamar. Al igual que los vecinos, la oposición se aferra a que, tal y como está ahora recogido en el Plan General de Ordenación Urbana de Elche, es compatible la protección ambiental con el desarrollo urbanístico. Antes de su aprobación final, el tripartito reclamó al Consell una posición intermedia, que pasaba por un blindaje del ladrillo más laxo. Desde el punto de vista urbanístico, reclamó permitir en el MR-10 un máximo de 184.770 metros cuadrados, que se traducen en 739 viviendas (menos de la mitad de las contempladas en el PGOU, pero el doble de las que permitiría el Pativel en su redacción actual). Sin embargo, finalmente el Consell optó por ignorar las alegaciones del tripartito y redujo al máximo la edificabilidad en La Marina. Aun así, el equipo de gobierno defendió después que la pedanía costera todavía tendrá más de un millón de metros de suelo por desarrollar urbanísticamente.