Para después de Semana Santa estaba previsto que comenzara a gestarse el proyecto de peatonalización de la Corredora anunciado por el tripartito en febrero. El fin era comenzar con los trabajos de reordenación del tráfico en la calle Alfonso XII, donde se iban a desviar las líneas de autobuses y se iban a crear nuevas paradas. De hecho, el proceso de adjudicación de las obras tuvo que detenerse casi en último momento. De no haber sido paralizado el proyecto para buscar un consenso, después de las fiestas de agosto iban a comenzar las obras en la propia Plaça de Baix, donde la intención era colocar mármol al estilo portugués y despejar toda la zona para convertirla en un lugar de celebraciones. Después continuarían por la Corredora, donde la idea del equipo de gobierno era aprovechar el pavimento extraído de la Plaça de Baix para la peatonalización. La idea inicial, que ahora vuelve a ser debatida, era dotar el suelo de iluminación, y colocar un lector de matrículas en el acceso a la Plaça de Baix, para restringir el paso de los vehículos privados, autobuses y taxis. Solo se permitiría el paso de emergencias, carga y descarga y residentes.