Esperar y confiar en que impere el sentido común. No le queda otra al Instituto de Neurociencias de la Universidad Miguel Hernández (UMH) para poder poner en marcha su ensayo clínico pionero a nivel mundial con un centenar de afectados de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). El grupo de investigación de Salvador Martínez, director del centro, necesita 492.800 euros para poder llevar a buen puerto su proyecto durante los próximos tres años. Para lograr esta financiación, Neurociencias presentó su propuesta al Instituto de Salud Carlos III, la entidad que controla el reparto para la investigación sanitaria en España, a través de la convocatoria de 2017 para ensayos clínicos no convencionales.

En primera instancia, a finales del pasado mes de abril, el Carlos III rechazó la propuesta de Neurociencias al considerar que hay otros proyectos de salud que son más prioritarios en estos momentos. Una vez producido este rechazó inicial, se abrió el correspondiente plazo para las alegaciones, periodo que finalizó la semana pasada y al que el centro mixto de la UMH y el CSIC se ha presentado con el objetivo de subir la nota de su propuesta y conseguir una financiación que los afectados por la ELA esperan como agua de mayo.

Una comisión externa es la encargada de baremar y priorizar las diferentes propuestas que recibe el Carlos III. «Al margen de que otras peticiones hayan conseguido una valoración mayor, el trasfondo de todo esto se encuentra en la falta de dinero que sufre la ciencia española», lamenta Martínez, antes de confirmar que si en las alegaciones no se aprueba la financiación de su ensayo clínico, Neurociencias volverá a presentarse a la convocatoria correspondiente a este año.

Pese a que la entidad que reparte los recursos para la investigación en España haya dado una respuesta negativa, el científico considera que se trata del «sistema más honesto posible. Hay una comisión de expertos que es la que se encarga de puntuar la calidad de los ensayos, los datos que aportan y los objetivos que persiguen. Es un método justo porque los implicados no tienen ningún tipo de interés directo con los proyectos que se presentan a esta convocatoria».

Al margen de esperar la respuesta a las alegaciones, los fondos privados de origen extranjero suponen otra vía para que este ensayo clínico pueda salir adelante. Grupos de países europeos, como Italia o Noruega, o estadounidenses han mostrado ya interés por el trabajo contra la ELA. Otra esperanza puede llegar a través de las redes de expertos que se tejen mediante proyectos europeos, como el Cost o el Horizonte 2020.

Por su parte, fuentes del Carlos III, al ser consultadas, aseguran que esta entidad está muy implicada en la lucha contra la ELA y en los últimos cinco años ha financiado más de diez proyectos relacionados con esta enfermedad, a los que ha destinado más de un millón de euros. A la convocatoria a la que se ha presentado el grupo de Martínez, destinada a las terapias de investigación clínica independientes en terapias avanzadas, han acudido un total de 18 solicitudes, de las cuales, en primera instancia, se han valorado ocho positivamente.

Hasta que no finalicen dentro de unas semanas las valoraciones de las alegaciones, no se conocerá el resultado definitivo. La comisión que ha examinado en primera instancia el proyecto presentado por el grupo de Martínez estaba formado por ochos expertos, cinco de ellos internacionales, procedentes de Italia, Reino Unido y Francia.