El Ministerio de Agricultura ha adoptado recientemente nuevas medidas para tratar de atajar una plaga que daña, en este caso, a los cultivos de granados y que, en lugar de estar absolutamente controlada, parece que año tras año va a más, lo que implicaría que, de no remediarse, podría incluso tener unos nada desdeñables perjuicios a nivel económico, lo que se podría traducir sobre todo en una caída de las ventas en los mercados extranjeros.
Precisamente, este último es uno de los motivos por los que el Ministerio de Agricultura ha tenido que emitir hace escasos días de nuevo una resolución de autorización excepcional para la comercialización y uso de un determinado plaguicida frente al problema del cotonet o melazo que, según se indica desde Madrid, «está considerada como plaga de cuarentena en ciertos países a los que destinamos nuestras producciones, lo que está ocasionando en las exportaciones numerosos rechazos de envíos».
El cotonet o melazo no es una amenaza nueva, ni siquiera específica de este tipo de árbol, puesto que, por ejemplo, los cítricos también la sufren. No obstante, la diferencia con éstos es que el granado, como por ejemplo ocurre también con el caso la higuera, está catalogado como un cultivo minoritario y, por tanto, las empresas dedican menos recursos y tiempo a investigar tratamientos fitosanitarios específicos que funcionen en estos árboles frente las amenazas de organismos que puedan padecer puesto que son, por lo general, poco rentables.
Además, el Ministerio de Agricultura tiene catalogado al granado en el listado de frutales menores, por lo que el uso de determinados plaguicidas no cuenta con autorizaciones generales, sino que precisa de permisos específicos.
«En las últimas campañas se ha detectado un aumento de los daños ocasionados por cochinilla algodonosa, melazo o cotonet (pseudocccidae) sobre las plantaciones de granado. Aunque existen organismos de control biológico del cotonet, su acción en muchos casos es insuficiente y requiere tratamientos químicos para controlar el ataque en focos», según indica la reciente resolución de la Dirección General de Sanidad de la Producción Agraria del Ministerio de Agricultura.
Ante este panorama, y apoyándose en la normativa europea que avala que un estado miembro puede autorizar, por un periodo no superior a 120 días, la comercialización controlada y limitada, si tal medida fuera necesaria debido a un peligro que no pueda controlarse por otros medios razonables, el Ministerio de Agricultura permite desde ayer el uso, en concreto, de productos fitosanitarios formulados a base de spirotetramat.
Los tratamientos pueden prolongarse hasta el 10 de septiembre de este año y deben ser efectuados por agricultores y aplicadores profesionales bajo el control de las autoridades competentes de la Conselleria de Agricultura.
El pasado año, ante este problema, el Ministerio de Agricultura autorizó el tratamiento fitosanitario por un plazo mucho menor, del 15 de mayo al 15 de agosto de 2017, pero posteriormente tuvo que rectificar y ampliarlo también hasta casi mediados de septiembre.
Este diario intentó contactar ayer con el Servicio de Sanidad Vegetal de la Conselleria de Agricultura, pero no fue posible.
Actualmente, el 60% de la producción de la granada se marcha al extranjero, sobre todo a Francia, Reino Unido y Alemania, según recuerdan fuentes del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida de la Granada Mollar de Elche.
En la última campaña se recolectaron 50.000 toneladas aproximadamente y en Elche representa el cultivo estrella, además de atesorar la mayor superficie nacional de este frutal, lo que da una idea de la importancia que tiene frenar esta amenaza.
