La Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Alicante, con sede en Elche, acogió ayer la primera sesión del juicio contra el acusado de asesinar a su compañero de piso y amigo, tras propinarle una brutal paliza en enero de 2016, a las puertas de la casa que ambos compartían en Torrevieja. El Ministerio Fiscal, que en su escrito de acusación provisional solicitó 15 años de prisión para el acusado, la pena más alta por homicidio, rebajó ayer la calificación hasta los 10 años, al contemplar un atenuante por estar bajo los efectos del alcohol, al superar en 1,30 la tasa de alcoholemia. A modo de comparación, a partir de 0,6 se considera delito en las causas de Seguridad Vial, por lo que el Ministerio Público entiende, como solicitó la defensa, que no se encontraba en pleno uso de sus facultades mentales.

Lo que no cambió por parte de la Fiscalía fue el relato de los hechos, que fue reconocido por el acusado. El 11 de enero de 2016, el procesado, de 44 años, y la víctima, de 65, salieron por la mañana y realizaron una ruta por diferentes bares de Torrevieja. Al regresar a casa, por la tarde, se inició una discusión entre ambos. Entonces, el acusado comenzó a propinarle varios golpes, primero en la calle, después en el portal de la vivienda donde ambos residían, y, para terminar, en el interior del inmueble, donde el fallecido cayó desplomado. El informe forense recoge hasta 42 lesiones derivadas de la «brutal paliza» propinada por el acusado a la víctima, tal y como apuntó el fiscal y la acusación particular, en representación de los dos hijos del fallecido.

Una de esas lesiones fue la que terminó acabando con la vida de la víctima, pues una de las costillas rotas a causa de los golpes le llegó hasta el corazón. Tanto el Ministerio Público como la acusación particular señalaron como agravante el hecho de que el procesado se aprovechó de la indefensión de su amigo, ya que tenía 65 años frente a los 44 del agresor, además de la acusada corpulencia de este último, lo que se ha tenido en cuenta como agravante de la pena.

Como padre e hijo

La estrecha vinculación de amistad entre el presunto homicida y el fallecido era tal que se llegaban a presentar como padre e hijo, como eran conocidos en el último establecimiento donde estuvieron comiendo y tomando bebidas alcohólicas hasta que, al volver a casa, tuvo lugar el fatal desenlace. El procesado relató que se conocían desde hacía prácticamente un año, y que llevaban residiendo en Torrevieja desde noviembre de 2015, tras mudarse desde Suecia. La defensa se basó en ese consumo de bebidas alcohólicas para considerar una eximente incompleta de la pena. En los próximos días se pondrán sobre la mesa las pruebas periciales y los relatos de los testigos, antes de que el jurado popular que juzga el caso dé su veredicto.