Un alto en el camino con la mirada puesta en agosto. Noventa días es el plazo que definitivamente se ha dado el equipo de gobierno para llegar a un acuerdo con la Corredora y poder retomar la peatonalización antes de que acabe el mandato, en mayo de 2019. Así lo acordó el tripartito en el pleno municipal del miércoles, aprovechando su mayoría, y así lo rubricó ayer en la junta de gobierno local. Es más, parecen estar dispuestos a resolver la situación incluso antes, después de haberse visto obligados a frenar sus intenciones de suprimir el tráfico, tras las fiestas de agosto, por la presión vecinal y política.

De cualquier manera, el acuerdo a tres bandas aprobado ayer pasa por hacer un paréntesis de tres meses en el proyecto hasta que haya consenso, con comerciantes y vecinos, y suspender la licitación de las obras hasta que se dé una solución definitiva al Mercado Central. Con ello, la partida económica estará en suspenso y, pasados esos 90 días, si no se llega a un consenso, se dará de baja la partida económica, a través de una modificación presupuestaria. Se trata de la petición formulada, en su conjunto, por el Partido de Elche en el pleno y descartada por la oposición. Y es que el PP, Ciudadanos e Ilicitanos por Elche coincidieron en el fondo de la cuestión, salvo en una cosa: lo que querían era anular la dotación económica para la Corredora para garantizarse que no se hará el proyecto, si no se llega a un acuerdo. Sin embargo, el equipo de gobierno supo sacar partido de la situación y de que el PP se quedara con dos ediles menos para amarrar el presupuesto de la peatonalización y no dejar perder, al menos por el momento, uno de sus compromisos más importantes del mandato.

Primer paso

Comienza así la cuenta atrás para tratar de «moldear», tal y como describió ayer la portavoz del PSOE, Patricia Macià, el proyecto con los comerciantes y los vecinos. Por lo pronto, la semana que viene el equipo de gobierno se reunirá con la oposición para hablar del proyecto, tras la petición realizada por Ciudadanos.

Después, hará lo propio con las asociaciones y plataformas del centro que han presionado desde que se anunció el proyecto en febrero para paralizarlo y que ahora están dispuestas a presentar una alternativa a los planes del tripartito, con medidas para la reordenación del tráfico, para la peatonalización de más zonas del centro y para la reactivación del enclave.

Sin embargo, más allá del consenso que se consiga o no con los comerciantes y vecinos, el otro escollo que deberá salvar el tripartito para poder continuar con la peatonalización es el Mercado, tal y como recoge el último acuerdo firmado por los socios de Gobierno. Para ello, el alcalde ya tiene cerrada una reunión con el Icomos (asesor de la Unesco), con el fin de arrojar luz sobre el informe municipal que alerta de la incompatibilidad del parking del Mercado con el Misteri como Patrimonio de la Humanidad.

El objetivo de Carlos González es conocer el pronunciamiento de este organismo antes de dar cualquier paso adelante. Compromís, por su parte, que ya reclamó rescindir directamente el contrato con la concesionaria tras conocer el informe, considera que el Mercado Central no va a ser ningún impedimento para que se lleve a cabo la peatonalización. De hecho, tal y como apuntó ayer el concejal Antonio García, creen que en las últimas semanas está cada vez más claro que es un «proyecto deficiente». No solo refiriéndose al interés de la Unesco por el proyecto, sino también a la existencia del refugio de la Guerra Civil debajo del edificio de abastos, que debe protegerse, según marca la Ley del Patrimonio Valenciano. Sobre esto último tendrá que pronunciarse todavía el Consell.

Con todos estos obstáculos por delante, desde el tripartito dicen no tirar la toalla con la posibilidad de peatonalizar la Corredora antes de las elecciones municipales. Algo que ya ha empezado a cuestionarse también entre algunos sectores municipales. Y es que si, finalmente, se logra el consenso, será a partir de agosto cuando tenga que reactivarse todo el proceso de adjudicación para las obras de la calle Alfonso XII, salvo que se produzca algún otro cambio, para después licitarse y adjudicarse también los trabajos en la Plaça de Baix y la Corredora. Todo ello, con la campaña de Navidad de por medio y el compromiso inicial del tripartito de que las obras no afectarían a este periodo crucial para las ventas de los comercios.