Maceteros, bancos y farolas. Son algunos de los elementos disuasorios que técnicos especializados en transporte, movilidad y tráfico han recomendado al Ayuntamiento para instalar en la Corredoracon la vista puesta en prevenir arrollamientos, como se han sucedido de forma reciente en las Ramblas de Barcelona o en Niza.

El «Estudio de priorización peatonal en la calle Corredora», documento en el que se ha basado el Ayuntamiento de Elche para impulsar la supresión del tráfico desde este verano en la céntrica vía, advierte de que la calle Corredora es la continuación de la calle Reina Victoria y ésta tiene una longitud considerable a lo que se suma el riesgo creciente derivado de recientes atentados en zonas peatonales.

Ante ello, los autores del informe recomiendan la colocación de mobiliario urbano a lo largo de la calle para impedir alcanzar velocidades superiores a las permitidas o la entrada de vehículos a la calle. En este sentido, el acceso oeste de la calle Corredora se propone implantar un control por cámaras de vigilancia y reconocimiento de matrículas. Algo que el equipo de gobierno ya ha anunciado que está dispuesto a acometer.

De hecho, lo que plantea la empresa especializada en transporte que ha realizado un estudio de movilidad en la zona centro es que los vehículos deberán estar registrados en la base de datos del Ayuntamiento para poder sobrepasar el control de acceso mediante lectura de matrículas situado en el inicio de la calle Corredora. De esta manera, los servicios de emergencias, carga y descarga, residentes y servicios de limpieza deberán registrarse para entrar a la céntrica vía tras la peatonalización. También advierte de que en caso de no estar registrados, el acceso conllevará sanción y que solo se permitirá un vehículo por local comercial.

Estas recomendaciones que lanza el informe hacen especial referencia a la carga y descarga de los establecimientos. Una actividad que no se pasa por alto en el documento por las molestias que podría generar a los vecinos y, a su vez, por la necesidad de dar servicio a los locales comerciales y de restauración.

De ahí que los técnicos pongan el acento en la necesidad de regular el acceso a la calle con sistemas de vigilancia y también estableciendo un tiempo determinado de manera que no coincida con los horarios de mayor afluencia de transeúntes por la calle. Algo que también se traslada a los servicios de limpieza y recogida de basura.

Cambiar los hábitos

Además de este sistema preventivo, los autores del estudio que marcará la hoja de ruta de la peatonalización apuntan a otras medidas necesarias para reducir el número de vehículos en el entorno de la Corredora y, por lo tanto, reducir la intensidad del tráfico y en consecuencia, los riesgos para el peatón. Advierten de la importancia de implantar medidas de moderación y pacificación del tráfico en los principales viales de poca capacidad alternativos a la calle Corredora, con el objetivo de trasladar la circulación a ejes más alejados. Como ejemplo, citan elementos para calmar el tráfico, la reducción de ancho de carriles y el aumento de ancho de aceras, carriles bici, además de la reducción aparcamiento rotación.

Precisamente, lo de conseguir un cambio de rutinas y de hábitos en el tráfico es lo que pretende el tripartito. Así lo han apuntado ya en varias ocasiones, la intención es que con la peatonalización, los conductores que no se dirijan al centro utilicen vías alternativas, como la Ronda Sur o la avenida de la Libertad para trasladarse a otros puntos de la ciudad, en lugar de atravesar Alfonso XII. Una vía que, al margen de esos cambios de hábitos en la circulación que quiere seguir el Ayuntamiento, irremediablemente va a acabar soportando más ruido y contaminación, junto a las calles Juan Ramón Jiménez y Ángel, donde aumentará la intensidad del tráfico. Ante esas repercusiones, vecinos de estas vías ya han trasladado su malestar y preocupación por la seguridad vial y la generación de retenciones.