Más ruidos, más contaminación y más embotellamientos de tráfico. Esto es lo que les espera a partir del próximo verano, sobre todo desde septiembre, a los vecinos y comerciantes de las calles Alfonso XII, Juan Ramón Jiménez o Ángel, entre otras, al ser el itinerario que, en definitiva, deberá asumir todo el trasiego de vehículos que dejarán de pisar la calzada de la calle Corredora con motivo de su cierre al convertirse definitivamente en peatonal.

Estos problemas de malos humos, de contaminación acústica y de atascos así vienen al menos reflejados como riesgos en el «Estudio de priorización peatonal en la calle Corredora», documento en el que se ha basado el Ayuntamiento de Elche para dar por fin este importante paso.

Mientras en el entorno de la calle Corredora se busca fomentar «una autonomía en la movilidad para todas las personas, humanizando el espacio público, favoreciendo las relaciones entre los habitantes y mejorando su calidad de vida», en las otras calles «afectadas» se prevé que esto último, es decir, la calidad de vida, se deteriore.

«Empeoramiento de la calidad de vida (ruido, contaminación, seguridad vial) en los viales alternativos en el mismo entorno de la calle Corredora (calle Alfonso XII, calle Juan Ramón Jiménez, calle Ángel, etc.) debido al aumento de la intensidad de tráfico», según se recoge en dicho estudio.

En el mismo se avisa, además, de que, pese a la suficiente capacidad del viario del entorno para acoger el tráfico desviado de la calle Corredora, es probable que aparezcan problemas de congestión en horas punta en algunos tramos, por lo que se reducirán las velocidades y aumentarán las demoras de los vehículos.

Aunque no han trascendido datos recientes sobre el flujo de tráfico, sí existen algunos datos de años precedentes. Así, por ejemplo, se calcula que cada hora pasarán una treintena de autobuses.

Asimismo, por la calle Alfonso XII se estima que, sin el corte de la Corredora, al menos están circulando unos 175 vehículos al día; 638 por Juan Ramón Jiménez y 831 por la calle Ángel, según siempre un estudio de tráfico de julio de 2015 realizado por la concesionaria del Mercado Central y que los técnicos del Ayuntamiento de Elche ya consideraron que se quedaba muy corto en cuanto a frecuencia. Sobre todo cuando la concesionaria estimó que, en el caso de poner en marcha su parking subterráneo bajo el Mercado Central, estas mismas calles pasarían a soportar 798, 1.243 y 1.398 vehículos a la hora, respectivamente.

Estos datos son de 2015 y se supone que, tras la reactivación económica, el número de vehículos debe haber aumentado. Según el estudio sobre el corte de la Corredora, ésta soporta actualmente unos 400 vehículos a la hora, tráfico que parece ser que se trasladará íntegro a las tres calles anteriormente citadas.

«¿Qué va a pasar cuando de 8 a 8.45 de la mañana los padres lleven en coche a sus hijos para dejarlos en Jesuitinas? Curtidores ya es algo más estrecha que la calle Alfonso XII, pero en Daoiz y con el semáforo de Velarde la cola va a llegar hasta la calle Ángel», auguraba un vecino.

En una tienda de electrodomésticos de la zona, Esteban señalaba que para su negocio no cree que sea ni bueno ni malo, pero lamentaba sobre todo que no se hubiera hecho con el consenso de los ciudadanos.

No obstante, desde un estanco, Mari Gel recordaba que los cambios «son duros para todos» al principio, y que, si hay problemas, «el Ayuntamiento seguro que pondrá soluciones». En su opinión, el hecho de que pongan más paradas de autobús supone más personas y, posiblemente, más clientes para los negocios.